El correr de la traca y la suelta de globos cerraron ayer la última mañana de las Fiestas Mayores de Elda 2015. El primer acto dio comienzo junto al Ayuntamiento, a las 13.15 horas. Una multitudinaria traca que se prolongó por la Calle Juan Carlos I y la Plaza Castelar. Miles de eldenses abarrotaron estos puntos míticos del último día de las celebraciones patronales para presenciar el disparo desde lo más cerca posible y disfrutar del sonido y el olor a pólvora.

El momentos de máxima intensidad se vivió unos minutos después de arrancar la traca, cuando las personas que habían escogido situarse en la Plaza Castelar, para presenciar el final del disparo, empezaron a gritar «ya viene, ya está aquí». Los flashes empezaron a dispararse y la gente corría con ilusión por situarse en los lugares más altos con el objetivo de no perder detalle. Niños correteando, ancianos ilusionados y adolescentes impacientes eran los protagonistas, junto al resonar de la traca y el olor a pólvora, en este miércoles festero, en honor al Cristo del Buen Suceso.

Una mañana caracterizada por las buenas temperaturas en las que los termómetros alcanzaron los 27 grados. La climatología respetó el final de las celebraciones, poniendo la guinda al pastel. Los eldenses aprovecharon el buen tiempo para disfrutar en las terrazas de los bares, que se encontraban abarrotados de personas, de los últimos actos lúdicos de las fiestas. Mientras la pólvora tomaba la ciudad, así como los paraguas agujereados, tras ser usados como protección ante los escombros de la traca. Los míticos pañuelos azules, bordados con la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso, característicos de estas Fiestas Mayores, también daban colorido a las calles de la ciudad.

Unos minutos más tarde, a las 13.30 horas, arrancaba la tradicional suelta de globos que pone año tras año el broche final a las celebraciones. A esa hora cientos de eldenses esperaban impacientes en la plaza Mayor para ver el primer globo volar. En total fueron diez los que se lanzaron al aire, junto con diez deseos distintos. Dimensiones variadas, diferentes colores, pero todos ellos con el mismo objetivo: volar lo más alto posible, hasta perderlos de vista, por completo.

La suelta de globos duró media hora, ya que a las 14.00 horas se soltó el último y más grande de todos los presentes en la plaza. Era el de la Cofradía de los Santos Patronos. En este instante muchos de los asistentes encendieron sus camáras para inmortalizar el momento en el que el gran globo era liberado, tras la cuenta atrás del moderador del evento.

Todos los deseos salieron disparados al cielo, aunque a unos les costó más que a otros alcanzar la altura deseada. El fin de la crisis; la paz en el mundo; combatir la pobreza global y el disfrute de estas deseadas fiestas fueron, entre otros, los deseos más resonados en este segundo miércoles del mes.