Querer es poder. Luis Sirera ha sido elegido nuevo presidente de la Junta Central de Fiestas de Villena con un amplio respaldo. Tiene 47 años y pertenece a la escuadra Moabitas de la comparsa Moros Nuevos. Su hija Paz fue la Regidora Infantil en 2014, despertando en él inquietudes festeras hasta llevarle a asumir el cargo de Relaciones Públicas de la Junta Central hace año y medio, bajo la presidencia de Antonio Navajas, del que ahora toma el testigo al frente de la acontecimiento social más importante de la ciudad.
¿Qué opinión le merece el trabajo realizado por su antecesor en los seis últimos años?.
Antonio ha hecho un trabajo encomiable y prueba de ello es la consecución de la declaración de Interés Turístico Nacional para las Fiestas de Villena y haber depurado los detalles en los desfiles para darles un mayor esplendor.
¿Cuáles son sus grandes retos hasta 2019?
Dos. Por un lado ofrecer la máxima información a los presidentes de las comparsas de cuantas gestiones económicas se pretendan adoptar por parte del órgano de gobierno de la Junta Central de Fiestas. Con esta medida queremos potenciar su participación en la toma activa de decisiones. Pero también queremos implicar a los jóvenes en la celebración y abrir las puertas de la Casa del Festero, de par en par, para realizar actividades culturales con tal fin.
¿A los jóvenes?
Sí. Estamos detectando desde hace algún tiempo que la juventud es cada vez menos participativa y se está perdiendo el arraigo por los Moros y Cristianos. Esto nos preocupa y vamos a trabajar, con el apoyo de la concejalía de Juventud, para inculcar en ellos el amor por la fiesta como tradición, historia y cultura, más allá del sentido puramente lúdico.
¿Y qué me dice de la excesiva duración de algunos actos y de los horarios extremos de otros?
Bueno, para eso hay que crear una comisión que estudie cada acto porque, tras los años más duros de la crisis, la participación se ha estabilizado en torno a las 11.000 personas y ofrece una imagen bastante real de lo que va a ser la fiesta en la próxima década.
¿Y qué asuntos debe estudiar la comisión a la que se alude?
La posibilidad de readaptar algunos desfiles a los tiempos actuales. Por ejemplo La Cabalgata, que empieza a las nueve de la noche y acaba a las cinco de la mañana, o el Desfile de La Esperanza, que arranca a las doce del mediodía y finaliza a las dos y media con muchísimo calor para los niños. También debemos plantearnos cómo incrementar la participación de las dianas y analizar las razones de quienes piden rotar el habitual orden de las comparsas. Son cuestiones que pueden ser objeto de estudio pero cualquier decisión debe ser meditada y partir del máximo consenso.
¿Una vez que finalicen los tres años de mandato tiene previsto presentarse a su reelección?
No. A los tres años dejaré de estar en primera línea porque creo que la fiesta debe estar en renovación continua para recibir aire fresco. Además, pienso que si es importante saber entrar, más importante todavía es saber salir.
¿Y cómo se ha metido en este lío?
Porque me gustan mucho nuestras Fiestas de Moros y Cristianos y cuento con el pleno apoyo de mi mujer, que es la que me ha animado a seguir adelante.
¿Romperá con lo anterior?
No se trata de romper o continuar. Se trata de mejorar y, de hecho, he incluido en mi equipo de once personas para que me asesoren a Amado Juan y Francisco Úbeda, que ya estuvieron en la Junta Central en la anterior etapa.
¿Como festero cuál es su acto favorito?
Levantarme el día 5 y comprobar que Villena ya está en fiestas. Eso no lo cambio por nada.
¿Cuál es el primer mensaje que quiere trasmitir a los festeros a los dos días de su elección?
Que sientan la Junta Central como algo cercano y la Casa del Festero como propia. Tenemos que conseguir que los festeros dejen de vernos como la policía sancionadora de los Moros y Cristianos, y para eso debemos potenciar el diálogo y la comunicación.
