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Elda

Este campo es una ruina

El Nuevo Pepico Amat arrastra graves deficiencias desde que abriera sus puertas hace cinco años

El Nuevo Pepico Amat de Elda, calificado por la FIFA con la distinción de dos estrellas, cumplió ayer cinco años desde que abrió sus puertas para acoger un partido de fútbol entre el Eldense y el Borriol que terminó con victoria local (1-0). Sin embargo, lejos de subsanarse las graves deficiencias con las que la instalación municipal vio la luz, se han producido nuevos desperfectos durante este lustro de vida que hacen que el estadio eldense sea una ruina.

La inversión para construir el Nuevo Pepico Amat alcanzó los 4,5 millones de euros, procedentes del Plan Confianza de la Generalitat Valenciana, pero desde el principio se observaron una serie de desperfectos incomprensibles en una instalación con un coste tan elevado.

Una de las cuestiones que deja estupefactos a los espectadores que se ubican en la tribuna cubierta es que cuando llueve deben abrir los paraguas para no mojarse, ya que la techumbre se construyó a mucha altura. De ese modo, el agua no encuentra obstáculo alguno para llegar hasta las butacas de plástico, quedando muchas de ellas inutilizables al estar completamente anegadas.

Sobre ese particular, los entendidos en la materia afirman que no se puede hacer nada para evitar que la lluvia se cuele en el graderío, ya que se construyó tal cual y para variar la ubicación de la techumbre habría que desmontar toda la tribuna, una de las zonas que más dinero costó.

Al margen de esta tribuna «descubierta», el campo municipal continúa con el mismo vallado utilizado durante la obra para cerrar el acceso al campo, en lugar de adecuar un cerramiento más acorde, y las cabinas de prensa se mantienen dentro de un contenedor prefabricado, aunque el Ayuntamiento asegura que la instalación «se va a mantener igual».

Sin embargo, con el paso de sus primeros cinco años de vida, han aparecido nuevas deficiencias en el campo municipal, como son las filtraciones de agua en los vestuarios producidas por el agua de las duchas, que ya afectan a otras zonas cercanas como la sala de tenis de mesa y kárate, donde el agua penetra por los azulejos.

También existen numerosas goteras en el aseo destinado a los minusválidos cuando llueve, así como a otro aseo junto a la conserjería, que en más de una ocasión, cuando la lluvia arrecia, ha quedado completamente encharcado al filtrarse el agua a través de la escayola. Por su parte, la lavandería carece de un lugar donde secar la ropa, que se amontona sobre carros de la compra y vallas, mientras que la rampa utilizada para que los minusválidos puedan llegar hasta la tribuna cuenta con un escalón previo que dificulta el acceso a la misma.

Pese a todo ello, el consistorio eldense sí que ha reparado los focos de las torres de iluminación artificial que alumbran el césped cuando oscurece durante un partido de fútbol o un entrenamiento, aunque el problema principal reside en «el registro de cada torre, ya que cuando se recalienta el sistema en exceso, origina que se fundan algunos de los focos», aseguran fuentes municipales.

Además, la superficie de césped artificial se encuentra ya en mejores condiciones que al poco de inaugurarse. Cabe recordar que durante los primeros partidos disputados sobre el terreno del Nuevo Pepico Amat el caucho sobre el que se asienta el césped saltaba con cada bote del balón, lo que indica que había demasiada cantidad. Por ese motivo, el Ayuntamiento eldense sometió al césped sintético a diversos tratamientos para reducir dicho exceso de caucho sobre el terreno, así como al peinado del mismo, ya que en caso contrario se podrían producir múltiples lesiones en los usuarios de este maltrecho campo que cumple cinco años.

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