El Aspe mudéjar está saliendo a la luz siete siglos después. Las segundas excavaciones arqueológicas realizadas de forma previa a unas obras en pleno casco urbano han hecho aflorar 27 fosas de un cementerio mudéjar del siglo XIV. Un hallazgo que se complementa con el de la primera fase, en la que ya aparecieron 36 fosas datadas en el siglo XV.

Los trabajos de peatonalización y renovación de servicios que se están llevando a cabo en la céntrica calle La Cruz de Aspe están permitiendo conocer, en mayor medida, el entramado urbanístico de la localidad en su etapa medieval, además de mejorar el conocimiento sobre la población que se asentó en Aspe entre los siglos XIV y XVI.

«Un hito»

Para la alcaldesa y concejala de Urbanismo y Patrimonio, la socialista María José Villa, «las actuaciones para mejorar el futuro también sirven para descubrir más información sobre nuestro pasado». La regidora ha puesto de manifiesto que «la documentación de estos dos cementerios mudéjares a lo largo de la calle La Cruz supone toda una novedad arqueológica, un hito que nos sirve para recuperar otra parte de nuestro patrimonio cultural gracias a este tipo de trabajos realizados, en gran medida, en estos últimos años».

Ritual islámico

En la primera fase de las excavaciones arqueológicas, en el periodo comprendido entre agosto y septiembre de 2017, los expertos dejaron constancia del hallazgo de 36 fosas de enterramiento entre la intersección de las calles Velázquez y María Botella. Era un cementerio mudéjar del siglo XV pero ahora, tras la intervención llevada a cabo entre noviembre y diciembre de 2017, se ha localizado entre los cruces de las calles Juan Calpena y Barítono Luis Almodóvar un cementerio del siglo XIV, también mudéjar, del que se han llegado a excavar 27 fosas.

En ellas se ha constatado la existencia del típico ritual islámico de enterramiento, con la colocación de los individuos en decúbito lateral derecho, de costado, con las cabezas ladeadas hacia el sureste en dirección a La Meca. Tumbas que estaban enmarcadas y cubiertas, en muchos casos, por ladrillos de adobe.

Costumbre cristiana

En el cementerio anterior, el descubierto entre los viales María Botella y Velázquez, los fallecidos eran enterrados en decúbito supino, al modo cristiano, aunque con la mayoría de las cabezas ladeadas hacia sureste y muchos de ellos con cubierta de tejas.

La intervención arqueológica ha sido dirigida por los arqueólogos José Ramón Ortega y Marco Aurelio Esquembre, bajo la coordinación de la concejalía de Cultura a través del Museo Histórico de Aspe que dirige María Berná.