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Pastor: «Nos estamos centrando en la promoción de la persona»

Durante la década coincidente con los tiempos más graves de la crisis, Juan Carlos Pastor ha estado al frente de la institución

Pastor: «Nos estamos centrando en la promoción de la persona»

El ex director de Cáritas Interparroquial permanece trabajando como voluntario de la ONG, que atiende a unas 65 familias semanales de diferentes nacionalidades y religión. Se está llegando a los niveles previos de antes de la crisis, aunque todavía las cifras son más abultadas. En los peores años auxilió a un total de cien familias, siempre en colaboración con otras organizaciones a través de la Mesa ISAE.

¿En los 20 años en los que ha trabajado como voluntario en Cáritas, cómo ha cambiado el rostro de la pobreza en Elda?

Cuando yo entré en Cáritas, hace 20 años, se estaba atendiendo a lo que denominamos persona en exclusión social crónica. Luego llegó 2007 y 2008 y empezó la crisis, que afectó sobretodo a la clase media y se diversificó mucho el perfil de las personas que ayudábamos. Se vio a conocidos, de tu misma clase social, a vecinos que estaban atravesando momentos muy malos. Quizás, si no hubiesen llegado a la puerta de Cáritas, ni siquiera nos hubiésemos dado cuenta de sus necesidades.

¿Se sigue manteniendo la misma situación?

Ha disminuido el número de personas a las que se atiende. Llevamos un año, en el que se nota que se ha reactivado el empleo. Otra cuestión es qué calidad de trabajo tenemos ahora.

¿La crisis ha cronificado la pobreza?

La crisis ha provocado, sobretodo, una brecha más fuerte entre las clases sociales. Los salarios son mucho más bajos. Ahora, atendemos a personas que trabajan y que hay que seguir ayudando porque no llegan a cubrir las necesidades con sus sueldos.

¿Qué se siente cuando llega un vecino a Cáritas? ¿Quizás la vergüenza es lo más complejo a la hora de pedir asistencia?

Fue muy duro para ellos. A nosotros se nos forma en cursos que se programan desde Cáritas Diocesana. Se trabaja la empatía, para ponernos en el lugar de la persona que cruza la puerta y hacerle ver que somos iguales y que todos pasamos por momentos complicados.

Al frente de Cáritas Interparroquial de Elda está una gestora de voluntarias ¿Por qué nadie se quiere poner al frente? ¿Goza de buena salud la entidad?

Cuando una persona ha estado muchos años a su frente, como es mi caso, asusta a otros a la hora de tomar las riendas. Esta etapa de diez años ha sido muy dura de trabajo, tanto en el aspecto positivo como en el negativo. A la hora de la sucesión se ve la trayectoria y se complica. Es cierto que yo tenía mucha disponibilidad personal y le podía dedicar mucho tiempo, pero eso no tiene porque ser así.

¿Cuál es la solución?

El obispado ha marcado a la gestora, como tiempo máximo, un año para que encuentren a un director. Y en enero de 2019 tienen que convocarse elecciones.

¿Se encontrará a la persona adecuada en este periodo?

Sí, aquí hay personas muy aptas. Hay mucho voluntario de corazón para coger esta empresa.

Cáritas pertenece a la iglesia católica, que se queja de la falta de jóvenes ¿Le pasa lo mismo a la ONG?

Cuesta mucho conseguir que vengan. De hecho, uno de los retos de la junta gestora es hacer campañas de captación de jóvenes. Pero es cierto que debemos ofrecerles algo que les atraiga. Y por eso vamos a arraigarla a proyectos dirigidos a personas de su edad.

¿Cuál es el perfil del voluntario de Elda?

Coincide con el nacional. Es mujer, de edad avanzada y con disponibilidad.

¿Con cuántos voluntarios contáis? ¿Necesitáis más?

Somos 65 y sí, necesitamos más. Hay parroquias que no tienen prácticamente equipo y precisamos que se visiten las casas y que se haga un seguimiento de la atención.

Además de la atención asistencial del ropero y el banco de alimentos, ¿qué otros programas gestiona Cáritas?

Llevamos dos años apostando por los proyectos de promoción de la persona. Tenemos el centro de Emaús para niños; Tabita, que es un proyecto de higienización y el etiquetado de ropa que llega a Cáritas y que se vende de segunda mano en un puesto del mercadillo de los jueves y sábados. Además, en el mercado de San Francisco de Sales, dos trabajadores llevan la compra a casa a los clientes. De esta forma tienen unos ingresos que llevar a casa. Y este es el reto que nos marcamos, la promoción de las personas.

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