Miles de abejas han comenzado a buscar nuevos «hogares» en los municipios del Alto y Medio Vinalopó siguiendo el vuelo de sus viejas reinas. Con la irrupción de la primavera, y la subida de las temperaturas registrada en los últimos días, se está multiplicando la presencia de enjambres errantes en las calles, jardines y edificios de ambas comarcas. Un proceso habitual en el mes de abril que suele convertirse en un quebradero de cabeza para los bomberos del Área Operativa del Vinalopó cuando es tan continuo.

De hecho, en los 10 últimos días los efectivos de los Parques de Elda y Villena han realizado hasta 12 intervenciones destinadas a retirar enjambres itinerantes. El último servicio lo realizaron al mediodía de ayer en pleno centro urbano de Sax. Concretamente en la calle Gran Vía esquina con Severo Ochoa, enfrente del colegio de las Hermanas Carmelitas y a escasos metros del mercado y la biblioteca municipal.

Tras recibir un aviso a las 13.46 horas por la presencia de miles de abejas agolpadas en un árbol con la típica formación en racimo, dos bomberos del Parque Comarcal de Elda con conocimientos en apicultura se dirigieron a la zona y, en apenas media hora, consiguieron introducirlas en una caja de cartón con feromonas, que posteriormente sujetaron en una rama de la parte más alta de la copa para evitar el riesgo de picaduras a escolares y viandantes.

Una vez tendida la trampa esperaron a que anocheciera para llevarse la improvisada colmena cuando el resto de obreras y exploradoras regresaron a la misma. Muchas de ellas no estaban en el árbol cuando los bomberos acudieron por primera vez. Unas habían ido a buscar flores para alimentarse del polen con el que elaboran la preciada miel, y otras partieron en todas las direcciones explorando el terreno en busca del mejor alojamiento donde fundar la colonia definitiva para construir sus celdas y panales.

Desde el Consorcio Provincial de Bomberos se recomienda, en caso de encontrarse con un enjambre, no acercarse ni arrojarle ningún objeto, y avisar rápidamente para que procedan a su retirada y traslado a la colmena fija de un apicultor. Normalmente las abejas no suelen ser peligrosas, pero deben extremarse los cuidados si tienen crías que proteger.

Además, al tratarse de una especie protegida por su extraordinaria capacidad como polinizadora, los enjambres deben tratarse con mimo y los especialistas pueden llegar a emplear varias horas de trabajo hasta conseguir el objetivo. Una tarea que en ocasiones se complica porque estos insectos también son muy caprichosos a la hora de elegir el lugar donde «tomarse un descanso» mientras siguen buscando el emplazamiento idóneo para su futuro hogar. Desde parachoques, sombrillas y canastas de baloncesto hasta escaparates de tiendas, bicis, sillines de motos y pantalones colgados en un tenderete. En definitiva, un proceso habitual en esta época que se ha disparado por el calor.