Asia. Así se llama la preciosa niña que nació ayer por la tarde en el centro de salud de Pinoso. Su mamá, la marroquí Asmaa de 29 años, ha roto aguas y ha comenzado a sufrir los dolores del parto de forma repentina cuando se encontraba en su casa. El bebé quería nacer ya y no daba tiempo a trasladarla a los paritorios del Hospital General Universitario de Elda.

Un familiar llamó por teléfono a las 14.40 horas al Punto de Atención Continuada (PAC) del centro de salud de Pinoso que cubre las urgencias en el municipio y sus pedanías, y el conductor de la ambulancia municipal se ha trasladado rápidamente al domicilio. Juan Luis García ha demostrado una gran destreza y ha trasmitido tranquilidad en todo momento. Tras ayudar a bajar a la embarazada por el ascensor la ha introducido en la ambulancia y se ha dirigido rápidamente al centro de salud de Pinoso. Una vez allí la han llevado a la camilla de la sala de curas y el doctor José Luis Martínez Lázaro, con la ayuda de las enfermeras Araceli Blanes y Consuelo Ferriz, asistieron al feliz alumbramiento.

La pequeña nació veinte minutos después, a las 15 horas, con un peso de 3 kilos y 200 gramos. Tanto Asia como su mamá se encuentran en perfecto estado y, una vez finalizado el parto natural, ambas fueron trasladadas en una ambulancia del SAMU junto al papá, el marroquí Kebdi de 32 años, al servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Elda para someter a la niña a las pruebas médicas habituales.

Asmaa no es madre primeriza pero, según explicó al personal sanitario que la atendió, todo fue extremadamente rápido desde que sintió los primeros síntomas.

Con este parto el centro de salud de Pinoso ya ha asistido a dos en los dos últimos meses. El anterior todavía fue más rápido. Tanto es así que a la parturienta no le dio tiempo ni a entrar al ambulatorio. Fue asistida en la misma puerta de acceso al PAC de las urgencias médicas y el bebé vino al mundo sin complicaciones.

Resulta sorprendente que haya coincidido en el tiempo un hecho tan poco habitual. De hecho, en los últimos 20 años solo se había registrado otro alumbramiento en la localidad por la imposibilidad de trasladar a la embarazada a tiempo al hospital. En esa ocasión se produjo la fortuita coincidencia de que la matrona que acude a Pinoso varios días estaba pasando consulta en ese instante. Ella fue quien cubrió la urgencia asistiendo el parto en la vivienda.

Pero todavía más llamativo fue el alumbramiento que se produjo dentro de un coche en el verano de 2014. Edurne regresaba de la playa de San Juan a su casa en Elda junto a su marido Emilio, que conducía por la autovía de Madrid, cuando dio a luz a la linda Amaia. La mamá rompió aguas en El Portichol y el parto llegó de inmediato, así que el papá no pudo más que parar el coche en una gasolinera de Monforte del Cid y pedir ayuda a los empleados. Al final, con la asistencia de la tía de la embarazada -que es enfermera- y de la doctora y enfermera de guardia del centro de salud, el nacimiento fue sobre ruedas.