El vigilante del parque de montaña de Rabosa en Petrer, detenido el pasado martes por la Policía Nacional como presunto autor de la muerte violenta del gerente del bar-restaurante en septiembre de 2017, quedó libre durante la tarde de ayer tras prestar declaración en el Juzgado de Instrucción Número 2 de Elda. El magistrado ha decretado libertad provisional sin fianza pero con medidas cautelares, ya que deberá comparecer una vez por semana ante el juzgado, se le ha retirado el pasaporte y tiene prohibido salir del territorio nacional mientras dure la instrucción de la causa o se adopte una nueva resolución judicial. El titular del Juzgado Número 2 explica en su auto que existen indicios de criminalidad respecto del investigado como presunto autor de un delito de homicidio, como contradicciones e incoherencias en su declaración, pero matiza que dichos indicios «no son directos e inmediatos sino concomitantes», según informa el TSJ.

En esa línea, entiende que no se dan los requisitos para la adopción de la medida de prisión preventiva recogidos en la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Además, según detalla en el auto, no existe riesgo de destrucción de pruebas al hallarse la instrucción prácticamente concluida, ni de reiteración delictiva. Respecto al posible riesgo de fuga, el juez cree que es «conjurable» con la adopción de las medidas instadas por el fiscal.

Inocencia

El detenido puesto en libertad es un eldense de unos 60 años, casado y con domicilio en Petrer, que trabaja desde hace años como vigilante del refugio de montaña del Centro Excursionista Eldense. A las 12.10 horas de ayer fue trasladado por segunda vez al Palacio de Justicia de Elda tras decidir el instructor, en la tarde del miércoles, prorrogar su detención. Quería dar más tiempo a los investigadores para que pudiesen practicar diligencias complementarias. El objetivo era buscar nuevas pruebas y, con tal fin, se realizaron varios registros en las instalaciones de Rabosa. Sin embargo, según ha podido saber este diario por fuentes judiciales, en los 19 meses que ha durado la investigación los agentes han conseguido reunir muchos indicios pero ninguna prueba contundente que pueda incriminar al sospechoso, quien ha mantenido su inocencia desde el primer momento. Por el entorno de la víctima también se ha sabido que el fallecido, el eldense Fernando Millán de 57 años, estaba enemistado con el investigado desde hacía años y habían mantenido varias disputas verbales. Al parecer, el gerente del bar detectó en varias ocasiones que le habían sustraído pequeñas cantidades de género, e incluso 600 euros en metálico que guardaba en la planta superior del restaurante. En un primer momento sospechó de sus empleados, pero finalmente pensó que podría tratarse del investigado. Entre otros motivos, porque tenía llave del local y ni la puerta ni las ventanas fueron forzadas en ningún momento. No interpuso denuncia en Comisaría pero, según han señalado las mismas fuentes, Fernando Millán decidió exponer sus quejas por estos y otros hechos a los responsables del Centro Excursionista para que controlaran a su operario y adoptasen las medidas disciplinarias oportunas, si determinaban que había lugar a ello. Otro aspecto que llamó la atención del hermano de la víctima -José Emilio Millán- fue la insistencia del arrestado en señalar que la muerte había sido accidental. Y ello pese a que la autopsia detectó fractura de pierna y fuertes contusiones en el pecho y la cabeza con la piedra hallada en la escena del crimen.

Arrestan al hermano de la víctima por amenazas

Protagonizó un altercado con el investigado en un registro y los agentes le requisaron las armas de fuego legales que posee

El hermano del fallecido en el crimen de Rabosa, José Emilio Millán Chocero, fue detenido en la noche del miércoles por supuestas amenazas de muerte contra el vigilante. Los agentes de la Policía Nacional lo detuvieron en Rabosa tras desplazarse al parque de montaña con el arrestado para realizar un registro.

El martes ya fue introducido en el Palacio de Justicia de Elda por la puerta de atrás. Con esta medida tan inusual como excepcional, la Policía Nacional quería evitar que se produjera un altercado con el hermano del fallecido, que estaba esperando la llegada del acusado desde primera hora de la mañana. Tras permanecer dos horas en el juzgado, los agentes volvieron a jugar al despiste y a las 15.10 horas lo sacaron de nuevo por la puerta de atrás para trasladarlo a la Comisaría. Al hermano de la víctima la Policía también le ha requisado todas las armas de fuego que posee legalmente con sus respectivas licencias.