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Lucha contra la droga de la mano de Cruz Roja

Elda acoge un proyecto piloto que ahora se extenderá a Alicante basado en mantener una relación estrecha y continua con los jóvenes consumidores

Los voluntarios de Cruz Roja son una pieza fundamental en este proyecto.

Los usuarios del nuevo programa de Cruz Roja han tenido más que coqueteos con las drogas. Alguno ha acudido a este proyecto por su propia voluntad, -son los menos- mientras que a otros los envía la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) o llegan a través de medidas judiciales.

Así, la asamblea de Cruz Roja en Elda se ha sumado a la batalla contra el consumo de sustancias adictivas y juegos de azar aunque, hasta el momento, quienes han pisado la sede de esta ONG han llegado por problemas con las drogas, fundamentalmente con el cannabis y la cocaína. El propósito del programa es hacerles ver a estos jóvenes que existe un mundo más allá de su adicción y para ello, les orientan a nivel profesional, de estudios y sobretodo, intentan darles alternativas de ocio.

Cruz Roja de un paso más en la lucha contra este tipo de consumo. Y con este objetivo ha decidido implantar el programa de atención a menores y jóvenes consumidores de sustancia e inadecuada gestión de su adicción. Es un proyecto piloto que vio la luz el pasado mes de octubre en la ciudad zapatera y que, con solo unos meses de andadura, ya ha empezado a caminar en Alicante.

Solo ocho usuarios forman parte de esta acción, que todavía está en fase embrionaria. Desde Cruz Roja se plantea una relación muy estrecha con los jóvenes de 14 a 30 años. Así, en colaboración con la Unidad de Conducta Adictivas (UCA) en Elda se implantó el programa y su propósito es llegar donde la atención institucionalizada no alcanza. Pretende conseguir lo que en otros ámbitos es impensable lograr pero al mismo tiempo tampoco quieren usurpar el espacio de otras instituciones.

El trabajador social que se encarga de este programa, Omar Ibañez, comenta que «nosotros no ponemos el foco en su adicción, nuestras conversaciones no giran en torno a su nivel de consumo, eso ya lo tienen en la UCA». Ibañez relata que «hablamos de sus intereses, de lo que les gusta, de lo que quieren y de paso les preguntamos si han consumido o no». Buscan algo que les motive, que le lleve a dejar su consumo, que les haga salir de la espiral en la que están metidos y de la que son incapaces de escapar.

A veces las conversaciones se mantienen en la mesa de la sede de Cruz Roja o en otras ocasiones, dando un paseo. Todo es más flexible para que se establezca un grado de confianza. Asimismo se les informa de qué están compuestas las sustancias que consumen, que les puede provocar. Ibañez señala que «muchos no saben lo que están consumiendo, ni lo que están fumando».

Espejo

Por otra parte, los voluntarios de Cruz Roja juegan un papel importante. Son fundamentales tanto en la intervención como a la hora de ser un espejo para los usuarios. Omar Ibañez, indica que «pretendemos que estos jóvenes vean que hay otra posibilidad de utilizar el ocio, que no sea simplemente consumir drogas o alcohol» y que insiste «otros chicos de su edad son capaces de dar parte de su tiempo de ocio a ayudar a los demás».

También les ayudan con los deberes y trabajos del instituto o les llaman la atención sobre las posibilidades que ofrece el sistema educativo para reengancharse a él. Ibañez subraya que «en ocasiones les ayudamos a realizar trámites desde renovar el DNI hasta conseguir la tarjeta sanitaria. Para muchos de nosotros son acciones sencillas pero ellos no saben siquiera qué es lo que tienen o cómo lo tienen que hacer».

La mentalidad hacia las drogas ha cambiado. No existe la alarma que generó la época en la que la heroína era la reina, pero a pesar de que el perfil del «yonqui» ha mutado y no está tan relacionado con la marginalidad, los programas para acabar con esta plaga son necesarios. No hay que olvidar que España es el segundo país, según el informe europeo del Observatorio Europeo y de las Drogas y las Toxicomanías, que más cocaína consume. Este ranking lo sitúa el cuarto en cuanto a consumo de cannabis y el sexto en metanfetamina.

Con estos datos, desde Cruz Roja se han puesto manos a la obra para conseguir que el consumo de sustancias entre los más jóvenes no se estandarice y llegue a situaciones dramáticas en edades más avanzadas y con un estado más deteriorado. Así, el programa que se ha implantado en Elda es la piedra angular para batallar contra las drogas.

Una acampada lejos de cualquier sustancia tóxica

Los usuarios del programa de atención a menores y jóvenes consumidores de sustancias van a participar en la acampada que Cruz Roja organiza con los voluntarios de Juventud que cada año organizan. Ellos serán unos más, con las mismas actividades y deberes. Este viaje puede parecer insignificante para muchos, pero para ellos será la primera vez que puedan escapar de sus círculos sociales, en gran medida viciados por la droga y enfrentarse a un lugar y un espacio donde conseguir nuevos amigos y en el que el consumo de este tipo de sustancias está totalmente prohibido. Algunos de ellos se perdieron las excursiones del colegio por la precaria situación de sus familias o simplemente porque su conducta recomendaba que se quedarán en tierra antes de tener problemas durante el viaje.

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