La costumbre eldense de lanzar grandes globos aerostáticos al cielo el 8 y 9 de septiembre durante las fiestas patronales ha alimentado la imaginación de los más pequeños durante décadas. Algunos pensaban que daban la vuelta al mundo, otros que llegaban a la Luna y entre los niños amantes de los animales se tenía la certeza absoluta de que eran utilizados por los pájaros como hoteles de lujo.

Nadie había reparado hasta entonces en los problemas que podrían generar para el tráfico aéreo si tomaban mucha altura o caían en lugares sensibles, como un aeropuerto o la autovía. Tampoco se valoró nunca el riesgo latente de ocasionar un incendio forestal o la contaminación ambiental por su lenta degradación.

Pero hace cuatro años uno de los globos soltados en honor a la Virgen de la Salud y el Cristo del Buen Suceso cruzó el Mediterráneo impulsado por el viento hasta alcanzar las Islas Baleares. Recorrió más de 200 kilómetros y cayó a tierra firme muy cerca de Ibiza. Se trata de esferas de papel plastificado con una dimensión aproximada de 7,5 metros de altura por 6,5 metros de ancho, a las que se insufla una botella de helio. Del periplo se tuvo conocimiento semanas después porque quienes lo encontraron tuvieron la gentileza de llamar al teléfono de contacto que se coloca en la base.

También de este modo se supo de la caída de muchos de estos aerostatos, entre los años 2002 y 2005, en las montañas de la zona de l'Alcoià.

La comisión de los Globos de la Cofradía de los Santos Patronos decidió entonces reducir su carga de helio para que se elevaran menos y acortaran su trayecto. Pero, en aras de garantizar la seguridad y preservar el medio ambiente, el año pasado se decidió dotarlos de un sistema de geolocalización por GPS y vaciado controlado para hacerlos caer y recuperarlos en un lugar sin riesgos y de fácil acceso. Pues bien, el sistema de rastreo ha funcionado perfectamente y los cuatro globos lanzados entre el sábado 7 y el lunes 9 de septiembre ya están en manos de la comisión. Así podrán ser reutilizados, con una nueva decoración, en las Fiestas Mayores del próximo año.

El aerostato de la noche del sábado, el de la Salve, fue localizado dos horas más tarde en la sierra de Camara, entre los términos de Elda y Sax. El más pequeño que se lanzó en la mañana del domingo, el que elaboraron las jugadores del Balonmano Elda Prestigio, acabó en una montaña de La Romana pero el de la Virgen de la Salud fue el más viajero. Llegó a Busot tras volar 33 kilómetros. El último, el del Cristo del Buen Suceso, se recuperó en la tarde del lunes, al poco tiempo de ser soltado, en el vecino municipio de Petrer, en la partida rural de El Poblet.

El modo de proceder es muy sencillo. Una vez en el aire el sistema de geolocalización los va siguiendo y, cuando han superado el casco urbano, se activa por control remoto una cuchilla que los pincha para hacerlos caer. Ningún aerostato de los Santos Patronos volverá a llegar a Ibiza. La tecnología también ha acabado con la imaginación de los niños que acuden a ver la suelta de los globos de septiembre. Ahora ya se sabe dónde y cuándo caen.