Un hombre de unos 80 años fue detenido anoche en La Romana tras presentarse a las siete de la tarde en el Hospital General Universitario de Elda con una escopeta buscando a su hijo, que unos minutos antes había ingresado en Urgencias tras ser supuestamente atacado con un hacha por su propio progenitor. Todo parece apuntar a que la intención del presunto parricida era supuestamente la de rematar a su hijo. Por eso acudió armado al hospital tras una agresión anterior que, al parecer, se desencadenó por desavenencias propias de la convivencia. Pero sus planes se desbarataron. Una mujer que se encontraba en el aparcamiento del centro hospitalario con su hija se percató de su presencia y alertó al personal sanitario de que un hombre de avanzada edad estaba deambulando, por las inmediaciones de Urgencias, portando una escopeta de caza.

El suceso movilizó a todas las patrullas de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Elda-Petrer, desplegándose un rápido dispositivo al que también se sumó la Policía Local y la Guardia Civil. A pesar de ello el octogenario logró huir con su vehículo en dirección a La Romana, donde posee una segunda residencia. Una casa de campo en la que pasa largas temporadas con su esposa, su hija y su hijo aunque la familia tiene fijado su domicilio en Elche.

El operativo de búsqueda dio resultado y sobre las ocho de la tarde, solo una hora después de producirse el incidente, era localizado y retenido por la Guardia Civil en la vivienda de una alejada partida rural de La Romana.

Los agentes aguardaron la llegada de la Policía Nacional para intercambiar información y, a continuación, procedieron a su arresto, siendo trasladado poco antes de las diez de la noche al cuartel de la Guardia Civil de Pinoso, donde sigue confinado en el calabozo a la espera de que la investigación concluya y sea puesto a disposición del juez de guardia de Novelda.

De momento se desconoce si el detenido será acusado por un supuesto delito de lesiones o bien por una presunta tentativa de homicidio.

La víctima tiene 48 años y su estado de salud no reviste gravedad. Presentaba heridas superficiales en las piernas y la cabeza de las que fue atendido por el equipo sanitario de Urgencias. Mientras varias patrullas de la Comisaría iniciaban la búsqueda, dos dotaciones acudieron a los accesos del hospital para proteger a la víctima ante el temor inicial de que el padre pudiera regresar con la presunta intención de rematarlo. De ahí que los agentes portaran armas largas para repeler un posible ataque. Una imagen que generó revuelo e inquietud entre enfermos, familiares y trabajadores del hospital hasta que, pasadas las ocho de la tarde, las patrullas abandonaron el lugar.