Un vertedero al aire libre con toneladas de ropa usada y otros restos de basura que podrían volver a quemarse en cualquier momento. Es la imagen que presenta desde hace dos meses y medio la parcela de la vieja fábrica de plásticos de Aspe, que el fuego redujo a escombros durante la madrugada del pasado 5 de septiembre.
En los últimos años la nave no albergaba actividad industrial. Solo se utilizaba para almacenar toneladas de ropa y zapatos usados metidos en grandes bolsas de plástico que se apilaban del suelo al techo. Un material textil al que prendieron fuego de manera intencionada obligando a los bomberos de Elche y Elda a emplearse a fondo en la extinción. De hecho, necesitaron cinco días para atajar el fuego con la ayuda de palas excavadoras que extraían la ropa y la removían para refrigerarla en el exterior. Es el mejor método para acabar con los rescoldos y evitar que las llamas se reaviven.
Los vecinos del Camino Jaboneros donde se produjo el siniestro llevan semanas reclamando que el material acumulado -tanto intacto como semiquemado- se retire del solar. Aducen dos motivos: insalubridad y riesgo de que se produzca un nuevo incendio.
Por lo pronto la Policía de la Generalitat Valenciana ha dado órdenes al propietario de la instalación de que proceda a limpiar la parcela sin más retraso y traslade los restos de la ropa a un gestor autorizado. En este caso, según han indicado fuentes municipales, el Ayuntamiento de Aspe no tiene obligación de intervenir. La competencia es autonómica. Pero pasan las semanas y todo sigue igual, lo que aumenta el malestar de los vecinos de la zona tal y como este diario ha podido recabar.
Los miles de kilos de residuos textiles que había almacenados alimentaron el fuego, elevando la temperatura hasta colapsar la estructura y reducir a escombros y cenizas los 1.000 metros cuadrados de superficie edificada. Fue durante el verano pasado cuando el dueño alquiló la nave y el arrendador, de nacionalidad colombiana, la llenó por completo en apenas un par de semanas.
Investigación policial
La principal línea de investigación policial apunta a un incendio intencionado. Entre otros motivos porque la industria estaba cerrada y no se ha detectado ninguna anomalía eléctrica como foco inductor. Otro dato que refuerza esta hipótesis es la hora en la que se detectó el incendio. La primera llamada a Emergencias la realizaron unos vecinos del camino Jaboneros. Se despertaron sobre las tres de la madrugada alertados por los ladridos de sus perros tras producirse varias explosiones a causa del fuego. Pero las llamas ya se habían extendido cuando llegaron los efectivos de la Policía Local, Bomberos, Guardia Civil y Protección Civil. A la mañana siguiente la columna de humo llegó a tomar tanta altura que pudo observarse a 20 kilómetros de distancia. Ese día en Aspe el cielo amaneció como si estuviera nublado y en los cuatro días siguientes el olor a quemado se extendió por diferentes parajes rurales llegando, incluso, a ser percibido en Altabix de Elche.
Precisamente el pasado 6 de noviembre un incendio de balas de ropa prensada obligó a cortar la N-340 a escasos kilómetros del aeropuerto Alicante-Elche.