El Ayuntamiento de Elda quiere revitalizar el casco antiguo pero las medidas que contempla no satisfacen a los vecinos, que han iniciado una campaña de recogida de firmas en contra de la peatonalización que contempla llevar a cabo el gobierno socialista.

En principio las calles incluidas en el plan son Colón, Santa Ana, San Juan Bautista, San Roque, Iglesia, Los Giles, Nueva Ortega y Gasset y parte de Luis Buñuel hasta el cruce con 2 de Mayo. No obstante, en las tres últimas vías sí se permitiría conducir pero no aparcar los vehículos. De este modo el Ayuntamiento quiere «darle vida» al barrio y mejorar el acceso al casco histórico, generando un clima propicio para la apertura de nuevos comercios, la rehabilitación de las viviendas deterioradas y la recuperación de la población joven. Es un anteproyecto actualmente en curso, que se pretende ejecutar a lo largo de 2020, tras la oportuna consignación presupuestaria en las próximas cuentas municipales, siguiendo las directrices del Plan de Movilidad Urbana Sostenible.

Sin embargo los vecinos no quieren que se peatonalicen sus calles y, tal y como ya anunciaron a principios de noviembre a través de este diario, han comenzado a recoger firmas contra una medida que consideran perjudicial, tanto para la actividad comercial como para el día a día del barrio. «Entendemos que esta actuación dañará directamente a la paupérrima actividad comercial de la zona, así como el acceso a las viviendas de una población perteneciente, en su mayor parte, a la tercera edad», indican los portavoces del colectivo solicitando, asimismo, que cualquier plan urbanístico que afecte a la zona sea consultado previamente con el vecindario.

En la calle Colón y adyacentes, por ejemplo, han cerrado seis establecimientos en cinco años mientras que solo se han abierto dos. Y precisamente dos son los comercios que van a desaparecer en esta misma calle antes de que acabe el presente año. Un problema al que se suma el envejecimiento de la población y el alto precio de los locales.

Restauración del castillo

Con sus firmas, los afectados volverán a reclamar al Ayuntamiento que se acelere la restauración del castillo para darle un uso turístico, cultural, comercial y festero que permita revitalizar un barrio en decadencia. Consideran que el monumento y su entorno posee un enorme potencial que la ciudad está desaprovechando mientras la zona sigue degradándose. Por eso solicitan que se acometan las obras necesarias para derribar las viviendas ruinosas que afean su amplio entorno y se acondicione, tanto el interior como el exterior de la fortificación construida entre los siglos XII y XIII, para que pueda acoger eventos públicos de todo tipo. Entre ellos las Embajadas de Moros y Cristianos, mercados medievales y costumbristas, conciertos, exposiciones, congresos históricos, rutas gastronómicas y visitas guiadas.

Ayudas de la Diputación

El alcalde ha expresado en varias ocasiones su preocupación por conseguir revitalizar el eje histórico de la ciudad con la puesta en valor del castillo y la remodelación del entorno urbano de la iglesia de Santa Ana y la plaza del Sagrado Corazón. Un proyecto que Rubén Alfaro le expuso al presidente de la Diputación durante su primera visita a la ciudad en el pasado verano. El objetivo del equipo de gobierno es establecer una línea de trabajo conjunta con la Corporación provincial para obtener subvenciones destinadas a materializar varias fases de un ambicioso proyecto que tiene como fecha la actual legislatura.

Con respecto a la peatonalización del centro histórico de la ciudad el concejal de Hacienda, José Antonio Amat, indicó hace dos semanas que todavía se está diseñando la forma que tomará este proyecto. Algunas de las calles estarán cerradas al tráfico por completo, mientras que otras serán una continuidad del Plan de Acción Comercial, que ya se ejecutó hace años en Juan Carlos I, la calle más comercial de Elda. En este caso, los vehículos podrán circular pero a menor velocidad, no habrá aparcamientos y las aceras serán más anchas y estarán a cota cero respecto a la calzada.

Vecinos y políticos coinciden en la necesidad de actuar para frenar la deriva decadente que sufre el casco antiguo de Elda. Pero, de momento, divergen en las medidas que hay que adoptar.