Recorrer las calles de la zona alta del barrio Hispanoamérica de Sax era como entrar de lleno en una película del «viejo Oeste». Los vecinos llevaban dieciséis años esperando una solución que no llegaba. Así que en mayo pasado, dos semanas antes de las elecciones municipales, todos coincidieron en señalar a este diario que de los políticos ya no se creían nada.

Tantas promesas incumplidas habían minado su confianza en los responsables municipales, «de la izquierda y de la derecha», que habían gobernado la villa durante las cuatro últimas legislaturas. «Siempre nos aseguran antes de las elecciones que el problema se va a solucionar de forma urgente. Pero después de las votaciones nada de nada. Todos se olvidan de lo prometido», señalaban más resignados que indignados.

Sin embargo en esta ocasión su suerte ha cambiado porque las obras ya están en marcha en las calles Jamaica, Uruguay, El Salvador y Costa Rica. Medio año en el que se acondicionarán y asfaltarán los viales y se construirán aceras y una escalera al final de la calle Costa Rica. El proyecto también contempla la renovación de toda la red de saneamiento y agua potable, la instalación del alumbrado público y de las redes de telefonía y de baja tensión y, para rematar la actuación, se dotará a toda la zona de señalización.

El coste total de los trabajos alcanza los 319.000 euros de los que la Diputación sufragará el 75%, el equivalente a 239.000 euros, y los restantes 80.000 euros los aportará el Ayuntamiento de Sax.

Las 25 familias afectadas ya no tendrán que recorrer las calles de tierra y piedra donde se encuentran sus viviendas, a pesar de pagar el IBI como el resto de vecinos del casco urbano. Al estar muchos de estos viales en pendiente y carecer de red pluvial, cuando hay tormenta el suministro eléctrico se corta, el agua entra en las casas y se forman auténticas riadas que, en los días posteriores, dan paso a un sucio barrizal. Tampoco hay aceras ni señales de tráfico y las tres únicas farolas que iluminan la zona-propias de un museo por su antigüedad- las instalaron los operarios de la brigada municipal hace una década tras ser retiradas de otro barrio de la localidad.

A pesar de los compromisos incumplidos durante 16 largos años, los afectados se han mostrado muy agradecidos con los actuales dirigentes populares de la Diputación de Alicante y el Ayuntamiento de Sax. Quieren pasar página y olvidar los agravios porque, a partir de ahora, ya no van a sentirse «vecinos de segunda».