Con el objetivo de reducir la contaminación, el Ayuntamiento de Aspe y la empresa Hidraqua han abordado un plan de control y reducción de vertidos industriales a la depuradora que fue presentado ayer en el consistorio de Aspe y que entre otras medidas busa concienciar a las empresas de la zona.

El Ayuntamiento de Aspe aprobó una ordenanza municipal de vertidos en 2008 a instancia de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunidad para intentar reducir la carga contaminante que llegaba a las depuradoras.

No obstante, su cumplimiento no se ha llevado a cabo, por lo que recientemente el Ayuntamiento ha recibido diversas sanciones por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar porque «el agua de salida de la depuradora al cauce público, al Barranco de Tarafa, excedía el valor límite autorizado en cuanto a nitrógeno», es decir, superaba los 20mg/l, llegando a 100mg/l.

Así, el Ayuntamiento ha tomado medidas para reducir la carga contaminante que llega a la depuradora con la intención de reutilizar el agua para regadío, así como los lodos mediante el compostaje. Para ello, habría que reconstruir la Planta de Compostaje que hace años está cerrada.

Esas medidas se engloban dentro de un Plan de Reducción de la Contaminación cuya principal herramienta es «el control de vertidos industriales a las empresas».

Desde 2019 Hidraqua se hace cargo del control de los vertidos industriales. Ahora, el Ayuntamiento pretende «potenciar la concienciación de las empresas, dando difusión a las medidas de protección que deben abordar, buscando su colaboración».

La mayoría de las 208 empresas de Aspe tienen un potencial contaminante bajo. Las industrias agroalimentarias tienen una mayor presencia de nitrógeno en el agua residual.