El llamamiento del Departamento de Salud de Elda ante la emergencia sanitaria del coronavirus ha obtenido una respuesta tan inmediata como masiva por parte de aparadoras, modistas, empresas y mujeres anónimas de las comarcas del Alto y Medio Vinalopó. La necesidad de disponer de mascarillas que eviten contagios, tras haberse agotado todas las homologadas para el Covid-19, llevó al equipo directivo de Sanidad en la comarca a solicitar personas voluntarias para cortar gomas y coser mascarillas en sus hogares. La avalancha de solidaridad no se hizo esperar y en menos de tres días se han elaborado 4.000 unidades que, una vez sometidas al proceso de esterilización, se destinarán tanto a los profesionales del Hospital General Universitario de Elda y los centros de salud como a los enfermos que las necesiten.

Siempre se ha dicho que en los peores momentos es cuando afloran los mejores sentimientos. Este es un buen ejemplo de ello y la imagen que lo refleja son las decenas de aparadoras del sector calzado que, desde el pasado fin de semana, están empleándose a fondo para aportar su «granito de arena» con el que combatir la propagación de la pandemia. Una humanitaria causa a la que se han sumado varias empresas, que han donado el material textil necesario, así como los profesionales del Instituto Tecnológico del Calzado de Elda, que se han dedicado a cortar las piezas empleando tecnología punta. Pero las manos expertas han sido las de las integrantes de la Cooperativa de Aparadoras de Petrer, que también han contado con la ayuda de la Asociación de Mujeres y Salud de Villena, la Asociación de Aparadoras de Elda-Petrer, modistas y mujeres de otros sectores profesionales repartidas por las dos comarcas así como las firmas y colectivos Athenea Villena, Nonwoyens Sau de Beneixama, Taichi Villena, Caudete y amigas, la Asociación de Dones de Biar, Mestresses de Casa, Asociación contra el Cáncer y Comisión de Fiestas de Pinoso, la cooperativa Aparados La Foia, Genion, Cano, Innovarty, Comodocalza Shoes, PC Second Bagc, Comertex, Unisa y amigos y familiares de los profesionales sanitarios del Departamento de Salud de Elda.

Dedicándole dos horas al día han servido ya la primera remesa de 4.000 mascarillas. Quieren mantenerse en el anonimato porque no buscan homenajes ni reconocimientos. «Quienes verdaderamente los merecen son todas esas personas -sanitarias, agentes, transportistas, limpiadores, comerciantes y voluntarias- que lo están dando todo por evitar que la enfermedad se extienda entre la población». Consideran que en estos momentos tan duros «es tiempo de dar» y, por eso, están decididas a conseguir fabricar 6.000 unidades en tres días. Toda una proeza que no va a parar aquí porque, tal y como han anunciado, «siempre que nos necesiten nos encontrarán». De hecho, van a seguir con la producción hasta que la empresa suministradora pueda recuperar la normalidad y atienda la demanda del Departamento de Elda. Tras tener conocimiento de la noticia cientos de personas se han interesado en colaborar. Pero en estos momentos hay manos de sobra y, por motivos de prevención, es mejor limitar la actividad a un grupo reducido.

Desde la Gerencia del Departamento de Salud no se ha querido hacer ninguna valoración al respecto, pero el altruismo de las aparadoras no ha pasado inadvertido para el alcalde de Elda. «En momentos tan difíciles como los que estamos viviendo es cuando sale a la luz la solidaridad, la colaboración y la unión de las personas. Elda siempre ha sido así, una ciudad que tiende la mano y ayuda a quien lo necesita, y en estos días no podía ser menos», señala con orgullo Rubén Alfaro. También en Villena el presidente de Cocemfe-Alicante, Antonio Ruescas, ha querido mostrar su gratitud a quienes están participando en esta noble labor. «Todas las personas pequeñas, en lugares pequeños y haciendo cosas pequeñas podemos frenar la curva de expansión del virus», destacaba emocionado. Y en este caso, además, la acción ejemplarizante parte de las aparadoras, un grupo de trabajadoras esenciales en la fabricación de zapatos y bolsos, que lleva años luchando por dignificar su oficio y que se reconozcan sus derechos laborales.