La decisión de la Junta Central de Comparsas de Moros y Cristianos de Elda de no decidir, hasta el próximo 28 de mayo, si mantiene o no la celebración de las fiestas de 2020 en octubre está suscitando un enconado debate en la ciudad. Pero cada día que pasa aumentan las voces que piden la suspensión definitiva, y sin más dilación, de los festejos con los que Elda honra a San Antón hasta el próximo año. Una postura que se ha visto reforzada en las últimas semanas por la decisión adoptada, en esta misma dirección, por las Fallas de Elda y la Federación de Asociaciones de Vecinos, el resto de Moros y Cristianos de la provincia -incluyendo a Alcoy y exceptuando a Villena...de momento-, así como la Santa Faz, la romería de San Pascual en Monforte y las Hogueras de Alicante, entre otras muchas.

Moros Musulmanes

Las comparsas de Contrabandistas, Cristianos, Piratas, Estudiantes, Marroquíes, Huestes del Cadí, Moros Realistas y Zíngaros están realizando consultas -referédum telemáticos en algunos casos- entre sus festeros antes de exponer sus posiciones en la junta de gobierno del máximo órgano festero. Algunos sectores están empecinados en seguir adelante pero la mayoría de los comparsistas están en contra y, de hecho, los Moros Musulmanes ya se han mostrado a favor de suspender las fiestas de 2020, y aplazarlas hasta junio de 2021, al considerar que es "lo más sensato» ante la actual crisis sanitaria, económica y social que ha desatado la pandemia del coronavirus.

Mientras tanto la incertidumbre crece entre las comparsas, y especialmente entre los cargos festeros, porque siguen pendientes de formalizar contratos y ultimar detalles.

"No es momento de fiesta"

Hay cada vez más eldenses que consideran que "no es momento de fiesta". La amenaza del virus sigue latente, los expertos adiverten sobre un repunte de casos el próximo otoño, la economía local se ha desplomado, cientos de trabajadores se han quedado sin empleo o están sujetos a un ERTE y muchas familias han perdido a sus seres queridos sin ni siquiera haberse podido despedir de ellos. Y a todo ello se añade la posibilidad de que sean las autoridades sanitarias las que, finalmente, tengan que prohibir la celebración por falta de condiciones de seguridad para evitar la propagación del covid-19.

Hasta que no haya una vacuna contra la terrible enfermedad es inconcebible que 10.000 personas se agolpen en la calle Colón, frente al castillo de Embajadas, para cantar el pasodoble Idella con el que comienzan los Moros y Cristianos de Elda. Unas fiestas sin besos, abrazos, cuartelillos ni desfiles hombro con hombro...no son fiestas.