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CORONAVIRUS

Confinados con felinos y primates

Un grupo de cuidadores permanece aislado dos meses en el centro Primadomus de Villena para evitar el contagio de los animales

Confinados con felinos y primates

La vida sigue a pesar del coronavirus y hay actividades que no pueden parar. El centro de rescate y rehabilitación de animales exóticos no domésticos AAP Primadomus de Villena es un ejemplo. Los 87 primates, 28 grandes felinos y el zorro ártico que se encuentran actualmente en sus instalaciones necesitan atención permanente. Hay que seguir alimentando, limpiando y dando enriquecimiento a los «invitados». Pero para evitar contagios de personas y animales se han adoptado una serie de medidas que, a juzgar por los resultados, están resultando muy eficaces porque hasta la fecha no se ha registrado ningún positivo por Covid-19.

Tan pronto como el Gobierno decretó el estado de alarma el pasado viernes 13 de marzo, AAP Primadomus puso en marcha un plan destinado a minimizar y controlar los efectos del brote. Por ello todas las personas que podían realizar sus funciones en casa pasaron al teletrabajo. Una medida que obviamente no ha podido aplicarse a los cuidadores. Aunque en ellos sí se han podido adoptar restricciones preventivas que se complementan con la toma de temperatura, distanciamiento, higiene de manos, material, zonas comunes y manipulación de alimentos así como uso de mascarillas y guantes.

El personal que acude diariamente al centro se ha limitado al mínimo necesario y el contacto entre los dos equipos operativos -de doce personas cada uno- se ha suprimido en zonas comunes. Cada grupo de operarios se mantiene en su departamento y no coincide en el mismo turno. Una decisión adoptada para evitar la propagación del virus a la que se ha sumado la reducción de la ayuda de los voluntarios. Además, desde que se activó el estado de alarma en España los seis cuidadores que están en estrecho contacto con los primates y felinos se han confinado en las instalaciones. Viven en el santuario de Primadomus y llevan ya dos meses aislados sin mantener ningún contacto físico con el exterior. Son sus compañeros quienes se encargan de proporcionarles el alimento y los artículos de primera necesidad que necesitan.

La salud de los animales también puede encontrarse comprometida pues muchos de los residentes en AAP entrarían en la categoría de riesgo por su precaria salud, problemas cardíacos, edad avanzada, sistema inmune debilitado.

También se han cancelado todas las visitas del público al centro y se han paralizado todos los rescates planificados. Algo que se debe, fundamentalmente, a que muchos de los transportes previstos no se pueden llevar a cabo debido al cierre de las fronteras entre países.

Periodo de reflexión

Con los animales también se han adoptado medidas de prevención. Los diferentes grupos de primates se mantienen separados entre sí para evitar contagios y también con los felinos se lleva a cabo un seguimiento diario con el fin de detectar la posible presencia del virus. De momento no hay certezas científicas sobre la incidencia del Covid-19 entre los animales domésticos y salvajes, ni sobre la interacción que tiene con los humanos que están en contacto con ellos. «Las investigaciones siguen adelante pero todavía hay más dudas que certezas, así que nuestra intención es alargar el máximo tiempo posible la desescalada para mantener las medidas de prevención lo máximo posible», ha señalado la directora del centro, Marta Merchán. Para ella la pandemia debería ser un punto de inflexión que sirva para replantearse las relaciones entre los seres humanos y los animales. «Ojalá de esta horrible situación que estamos sufriendo pueda salir algo positivo que garantice el bienestar animal. Es necesario regular nuestra relación con los animales salvajes y frenar el comercio y la tenencia de ejemplares exóticos. Algo que por desgracia en España es muy fácil de conseguir», advierte la responsable del centro que la Fundación holandesa AAP Primadomus abrió en Villena en noviembre de 2009.

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