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El aire del Sáhara convierte en un horno la Vega Baja y Villena

Redován registra la temperatura máxima de la provincia con 40 grados, y 39 alcanzan en Orihuela y Villena

El aire del Sáhara convierte en un horno la Vega Baja y Villena

El interior de las comarca de la Vega Baja y Alto Vinalopó se convirtió ayer en el horno de la provincia tras la llegada de la bolsa de aire sahariano que dejó cerca de los 40 grados en Redován. Treinta y ocho grados se alcanzaron en Orihuela y Villena, y más suaves fueron las temperaturas máximas en la costa, aunque en la franja litoral el protagonista fue el bochorno por el alto grado de humedad del aire (hasta el 80%), lo que hizo que la sensación térmica fuera cinco grados superior, sobre todo por la noche. El calor seco en el interior de la provincia hizo que se vieran alteraciones de hasta 20 grados, entre los 40 de primera hora de la tarde y los 21 de la madrugada. Mañana hay cierta inestabilidad y podría caer alguna tormenta aislada que refrescará el ambiente, pero el sábado, de nuevo, la canícula.

Hoy continúa el calor pero mañana entra cierta inestabilidad, bajan las máximas e, incluso, podría producirse alguna tormenta aislada en cualquier punto de la provincia, tanto en la costa como en el interior.

En la costa, el mercurio no subirá hoy tanto y, por ejemplo, se esperan 30 grados, pero volverán a estar acompañados de un alto nivel de humedad.En muchos municipios volverán a producirse «noches tropicales», al no bajar la temperatura de los 20 grados y en algunos puntos como Callosa de Segura o Pego de los 23 grados. «Lo peor para nosotros son las noches tropicales y el calor se va a estirar hasta el lunes o martes de la semana que viene», subraya Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. La humedad provoca que la sensación térmica no baje de los 25 grados por la noches en el denominado «disconfort climático», según Olcina.

El Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante ha constatado que en los últimos diez años el aumento y la combinación de calor y humedad han hecho que durante el verano haga durante muchos días más calor (bochorno), sobre todo por las noches, que en el Valle del Guadalquivir, la que está considerada como la zona más tórrida de España.

En la provincia, se aprecia perfectamente en los núcleos urbanos de Torrevieja, Elche, Alicante, Benidorm y Dénia, según apunta Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología y autor del estudio junto a Samuel Biener. Las denominadas noches tropicales (la temperatura no baja de los 22 grados) se han triplicado desde 1980 y como anécdota destacar que el barrio de La Florida, en la ciudad de Alicante pasa por ser el horno del municipio.

Durante todas las noches, la sensación térmica puede rondar los 30º, incluso en algunos casos más, de acuerdo con el «heat Index», que es el que suele utilizar la Agencia Estatal de Meteorología.

Esta situación no se da en otras zonas de España, donde las noches tórridas suelen ser más bien puntuales o no prolongarse más de tres o cuatro jornadas, casi siempre coincidiendo con olas de calor, y uno de los mejores ejemplos es el valle del Guadalquivir.

Debido al calentamiento del Mediterráneo, al efecto de la isla de calor urbana y al cambio climático (aunque en el caso del litoral mediterráneo aún desconocemos el peso que tiene respecto a estas situaciones), se está produciendo un aumento muy importante en las últimas décadas de las noches tropicales (mínimas de 22º o más), y sobre todo, de noches tórridas (25º o más).

Hasta 1980, las noches tórridas en el Mediterráneo y en la costa eran excepcionales, pero en los últimos años se están volviendo más frecuentes en el litoral mediterráneo. En nuestra provincia, se aprecia perfectamente en los núcleos urbanos de Torrevieja, Elche, Alicante, Benidorm y Dénia.

Otro factor muy importante que condiciona las mínimas, especialmente cerca del Mediterráneo, es la temperatura del mar. «Cuando la temperatura de lámina de agua del mar está tan elevada, trasmite el calor y la humedad al aire situado por encima (la brisa no refresca), pero también a las zonas más próximas al mar. Además, en verano suelen aparecer nubes bajas entre el ocaso y el amanecer, sobre todo en el mar, que consiguen penetrar unos centenares de metros en tierra, por lo que en aquellas zonas afectadas por esta pantalla nubosa se registran temperaturas nocturnas más elevadas, al retener la nubosidad el calor acumulado durante el día», afirma Jorge Olcina.

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