La estación depuradora de aguas residuales ubicada en La Jaud de Elda dispondrá de un plan de vertidos para garantizar el aprovechamiento de sus lodos como compostaje para la agricultura. Así lo ha anunciado Irene Navarro, alcaldesa de Petrer y actual presidenta de la Mancomunidad Intermunicipal del Valle del Vinalopó de la que forman parte los municipios de Elda, Petrer, Monóvar y Sax. «Por primera vez se va a disponer de una partida económica para llevar a cabo un plan de depuración de aguas, un plan de vertidos», señaló ayer durante su visita a las instalaciones. El presupuesto para la redacción del estudio alcanza los 15.000 euros y el objetivo es evitar vertidos incontrolados que no cumplan los requisitos exigidos por la ley y se traduzcan, por tanto, en nuevas sanciones de la CHJ.
Se trata, en suma, de evitar episodios como el que este diario publicó en enero de 2019 cuando se detectaron en los lodos de la depuradora niveles de níquel que impedían su uso en el sector agrícola. La Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR) de la Comunidad Valenciana localizó la presencia del metal pesado en el fango de la estación depuradora del Valle del Vinalopó. Se trata de un componente contaminante que, en los parámetros ofrecidos por las analíticas, superaba la concentración máxima permitida por la normativa. De este modo los lodos obtenidos del proceso de depuración de los caudales no pueden ser reutilizados de forma directa para abonar los campos.
La EPSAR advirtió a los cuatro municipios mancomunados del sobrecoste económico que esta incidencia iba a acarrear en la explotación de la depuradora, además de recordar que la vigilancia y el control de los vertidos a la red de alcantarillado corresponde a los ayuntamientos a través de sus ordenanzas municipales.
Los posteriores resultados de las analíticas realizadas arrojaron una concentración de 530 mg/kg de níquel en materia seca, que supera a los 400 mg/kg que contempla el Real Decreto 1310/1990, de 29 de octubre, impidiendo la reutilización agrícola de los mismos. Una circunstancia que obligó a darle otro destino a los fangos, con el consiguiente sobrecoste en la explotación de las instalaciones. Hasta ese momento los excedentes se enviaban en camiones a la zona sur de Albacete para abonar los cultivos de cereales. Los agricultores que solicitaban su uso no debían pagar nada por beneficiarse de este servicio. Simplemente debían permitir que su terreno fuese estudiado, antes y después del proceso, para comprobar el estado del suelo.
La estación depuradora de aguas residuales del Valle del Vinalopó data del año 1998 aunque, con el paso de los años, se ha ido incrementando su nivel de eficiencia a través de la incorporación de los sistemas y procesos más avanzados. La gestión de la planta ha sido objeto de críticas por parte del PP, que ha acusado a Irene Navarro de «abandono absoluto e inacción frente a los vertidos». Precisamente uno de los asuntos denunciado por los populares, las prórrogas del contrato de gestión de la planta, comenzará a solucionarse el próximo jueves, en el pleno de la Mancomunidad, con la aprobación de la redacción del nuevo pliego.
Una inversión de 118.000 euros para el reactor biológico
La depuradora de la Mancomunidad del Vinalopó mejorará su eficiencia y calidad en el tratamiento de las aguas residuales mediante la sustitución de unas piezas en el reactor biológico. La actuación contará con financiación de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunidad Valenciana (EPSAR) y la inversión partirá con un presupuesto de licitación de 118.516 euros. El plazo de los trabajos será de tres semanas aproximadamente y consistirán en la modernización del reactor biológico de la planta. Este mecanismo cuenta con un sistema de inyección de aire, en la zonas óxicas de cada una de las dos líneas que lo componen, que funciona con un conjunto de difusores de membrana. Esta modernización busca mejorar y hacer más eficiente el proceso de depuración de aguas.
