El arte urbano ya tiene un nuevo museo en la fachada del edificio de Telefónica en Petrer. Los artistas Sergio de Lamo Martínez y Miguel Ángel García Álvarez, fundadores de la cooperativa Doble 13, han acabado esta semana su último proyecto creativo «a la gorra» con la colaboración de Gemma Morante, Rebeca Orts y el eldense Miguel Gracia Ruiz «Zetika».
Sobre 320 metros cuadrados de pared, y a una altura máxima de 19 metros, han plasmado durante 80 días de trabajo su particular visión sobre el futuro que le espera a la humanidad: el que se quiere y el que no se quiere. Una alegoría entre el colapso y la esperanza plasmada con brochas y rodillos -nada de spray- en la que se han empleado 500 litros de pintura de una amplia gama de colores para crear a mano 60 tonos diferentes.
Los muralistas iniciaron su altruista proyecto en los primeros días de marzo, como preámbulo del festival Artenbitrir, siguiendo la temática propuesta por los organizadores de la nueva edición. Pero dos semanas más tarde irrumpió la pesadilla del coronavirus, con su férreo estado de alarma, y el encuentro de arte en la calle tuvo que suspenderse por razones sanitarias. Pero los artistas siguieron adelante con su pintura, solo parando por la lluvia, el viento, la insolación, la burocracia y las restricciones iniciales del covid, para dejar la huella de Artenbitrir en Petrer a pesar de la pandemia.
La obra ha culminado y de momento tampoco se puede hacer ningún acto público de presentación. Pero está a la vista de todos y son muchos los vecinos de Elda y Petrer que ya han trasladado a Doble 13 su agradecimiento por convertir una triste y sucia pared en una exposición permanente y gratuita de arte urbano. Un mural de gran formato que llama a la esperanza de un futuro mejor, si la humanidad logra derrotar a los fantasmas de la mediocridad y acabar con la decadencia a la que conduce el consumismo y la polución.