La autovía de Alicante-Madrid (A-31) sigue incrementando sus cifras de siniestralidad a su paso por las comarcas del Alto y Medio Vinalopó mientras el Gobierno central continúa sin presupuestar las obras de mejora. El último accidente, una colisión múltiple con cuatro vehículos implicados ocurrida entre los términos de Elda y Novelda, ha dejado un balance de cinco heridos de edades comprendidas entre los 31 y 66 años. El siniestro se produjo sobre las 13.20 horas del pasado domingo y la Guardia Civil investiga la participación de un conductor que, según las fuentes consultadas, recorrió cerca de 15 kilómetros en dirección contraria hasta que se produjo el accidente. Precisamente, el acondicionamiento de los accesos a la A-31, con la ampliación y mejora de la seguridad de sus carriles de aceleración y desaceleración, es una de las reivindicaciones que los ayuntamientos de Villena, Sax, Elda, Petrer, Novelda, Monforte del Cid y Aspe vienen planteando todas las legislaturas al Gobierno central.
La ejecución de la reforma en el tramo comprendido entre Alicante capital y el municipio manchego de La Roda acumula ya un retraso de quince años. El Ministerio de Fomento sigue sin fijar la fecha de inicio del proyecto pese a que en los Presupuestos Generales del Estado de 2005 consignó una partida de 150.000 euros para realizar un estudio de impacto ambiental del que nunca se supo nada. Fue en marzo de 2005 cuando el Ejecutivo anunció desde Madrid que la A-31 sería objeto de una profunda remodelación a partir del segundo trimestre de 2006. Desde el Ministerio se llegó a fijar el montante de la actuación en 28.413.000 euros con el doble objetivo de ajustar el viejo trazado a la normativa de seguridad vial y contribuir, con la construcción de un tercer carril en algunos tramos, a paliar el problema de colapso que la A-31 ya sufría entonces. Pero nada se ha hecho desde entonces y todas las semanas hay siniestros.
En diciembre de 2017 cuatro turismos se vieron implicados en una colisión en Villena. En marzo de 2018 un accidente múltiple con cinco turismos implicados en el término de Novelda causó dos heridos leves y colas de diez kilómetros. En abril de 2018 se produjeron en Elda hasta tres accidentes por alcance con un balance de nueve vehículos siniestrados y cinco heridos. En agosto de 2018 se registró otro accidente entre una furgoneta y cuatro coches a escasos metros del túnel de Villena y en agosto de 2019 seis personas resultaron heridas al chocar cuatro vehículos a escasos metros. Son algunos ejemplos de una trágica casuística que cada año suma nuevas víctimas.
XIMO PUIG PIDIÓ A FOMENTO EN 2016 REPARAR EL TRAZADO
Compromís también llevó a las Cortes una iniciativa para instar al Ejecutivo de Rajoy a eliminar cinco puntos negros
Las reivindicaciones del Gobierno autonómico al Gobierno central sobre la necesidad de introducir mejoras en la seguridad vial de la A-31 se remontan más de diez años atrás. En este contexto cabe recordar al presidente de la Generalitat Valenciana, que aprovechó en diciembre de 2016 su visita al recientemente nombrado ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para exigirle las asignaturas pendientes que el Estado tenía entonces, y sigue teniendo cuatro años después, con la provincia de Alicante en materia de infraestructuras. Entre ellas Ximo Puig hizo especial hincapié en la reforma de la autovía A-31 en su tramo de Alicante a Villena
También los ayuntamientos del Alto y Medio Vinalopó llevan demasiado tiempo exigiendo al Ministerio de Fomento un plan de actuaciones en esta saturada y peligrosa vía. Concretamente el tercer carril y la mejora de los accesos en los municipios por los que transcurre el trazado. La principal queja siempre ha sido la gran densidad de tráfico y la alta siniestralidad de una carretera nacional reconvertida en autovía. Tres meses más tarde, en marzo de 2017, la diputada por Elda de Compromís, Cristina Rodríguez, también instó a las Cortes Valencianas a trasladar al Ministerio de Fomento la exigencia de finalizar las obras de adecuación y reforma de la autovía A-31 de Madrid en el tramo de Alicante-Bonete.
La Proposición No de Ley presentada con tal propósito contó con el respaldo de la cámara al tratarse de una petición socialmente sensible, que también el PSPV-PSOE ha planteado en varias ocasiones al Gobierno central. La autovía presenta cinco puntos negros en su trazado por el Alto y Medio Vinalopó, por lo que hace tres años que ya se solicitó desde las Cortes una partida presupuestaria especial para eliminarlos.
Como este diario ya publicó, fue en noviembre de 2007 cuando el Estado adjudicó a tres concesionarias los trabajos para el acondicionamiento y conservación de la A-31 por un periodo de 19 años. Pero las actuaciones previstas quedaron inconclusas salvo en el tramo albaceteño. La concesionaria para la adecuación de los 73 kilómetros comprendidos entre Villena y Alicante, Ciralsa, se declaró en concurso de acreedores, lo que ocasionó un retraso en la ejecución de la obra que se sigue arrastrando en 2020.
UN SINIESTRO CADA SEMANA Y 60.000 VEHÍCULOS AL DÍA
La A-31 mantiene una intensidad media diaria próxima a los 60.000 vehículos, de los que 6.500 son camiones. A esta autovía se incorporan alrededor de 12.000 vehículos diarios de Villena y alrededores y otros 13.000 de Elda, Petrer y municipios próximos. Una densidad excesiva, sólo superada por la A-7 en algunos de sus tramos. La media de accidentes se sitúa en uno a la semana en el trayecto comprendido entre Alicante y Villena. Los alcaldes del Vinalopó consideran que es obligación del Estado garantizar una seguridad asimilable a la que presentan las autovías de nueva construcción. Pero no se está cumpliendo.
