El Ayuntamiento de Elda ha reanudado las labores de restauración del antemural del castillo, unos trabajos enmarcados dentro del Plan Director que permitirán seguir avanzando en la puesta en valor de uno de los emblemas del patrimonio histórico de la ciudad.
Las visitas a la fortaleza se cancelaron por motivos de seguridad hace diez años cuando se produjo un derrumbe en la zona del antemural. Desde entonces sus puertas permanecen cerradas. Pero el objetivo que persigue el alcalde Rubén Alfaro es abrirlas de nuevo en el año 2022, con rutas guiadas y actividades culturales una vez que se termine de acondicionar toda la barbacana del alcázar. Esa es la renovada previsión del ejecutivo local tras retomarse unos trabajos que comenzaron en 2015, pero que han permanecido parados un largo período de tiempo por desavenencias burocráticas entre la empresa adjudicataria a la Generalitat Valenciana.
En compañía del concejal de Patrimonio Histórico, Amado Navalón, del arqueólogo municipal, Juan Carlos Márquez, y del director de obras, el primer edil ha visitado el recinto para comprobar la evolución de unas tareas que están consistiendo, fundamentalmente, en el tratamiento de la piedra para darle un aspecto envejecido así como en la recuperación de piezas de sillería y la limpieza de vegetación y retirada de tierras.
El fin último es hacer del monumento un «contenedor de cultura, patrimonio, ocio e historia» y el siguiente paso será la adjudicación de los trabajos de restauración del arco de la puerta del antemural. Unas obras que, si no median contratiempos, podrán empezar en las próximas semanas para concluir a principios del próximo año. En este caso se busca reconstruir la puerta, una actuación que se une al resto de intervenciones realizadas en diferente fases en el antemural.
«La restauración y puesta en valor de nuestro castillo, con el propósito de que pueda ser visitable en un futuro próximo, es nuestro principal objetivo en materia de Patrimonio Histórico para este mandato. Recorriendo el recinto se puede comprobar sus grandes dimensiones, así como la importancia histórica y la complejidad arquitectónica que el monumento tuvo en el pasado», destacaron Navalón y Alfaro relacionando esta «actuación prioritaria» con la puesta en valor del casco antiguo de la ciudad. «Una apuesta que la ciudad necesitaba desde hace tiempo», admitieron ambos.
La actual intervención, que tiene un carácter de urgencia, se está acometiendo en el sector del monumento que en peores condiciones se encontraba como consecuencia de su degradación, lo que dificultaba el acceso al resto del castillo señorial. Se trata de un sector que, según ha explicado el arqueólogo municipal, se construyó a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, durante los últimos años de los Corella y los primeros años de los Coloma. Una de las familias de la alta nobleza que, tras adquirir la propiedad, llevó a cabo la mayor inversión en la fortaleza con un ejercicio de propaganda política para convertirla en su residencia. «Por eso más que una muralla defensiva o un antemural los señores del castillo optaron por revestir la ladera para darle una apariencia de monumentalidad. Y ello con el deseo de ejercer una imagen de poder sobre la población circundante», apunta Juan Carlos Márquez para contextualizar la rehabilitación que se está acometiendo en estos momentos. El acondicionamiento de la barbacana se trata, en suma, de una obra imprescindible para crear un itinerario de uso público que permita a los vecinos y visitantes recorrer el palacio condal de Elda.
