El geriátrico La Molineta de Petrer sufrió uno de los primeros brotes de covid-19 en las residencias de mayores de la provincia tras declararse la pandemia. El centro llegó a ser intervenido por Sanidad porque en menos de dos semanas se registraron siete casos por PCR y cuatro residentes contagiados terminaron falleciendo. Todos, salvo uno, superaban los 80 años, tenían una salud muy frágil y eran dependientes. La directora nos recibe en el jardín exterior del centro guardando, de forma estricta, todas las medidas de seguridad para evitar que el virus vuelva a entrar a un geriátrico que, desde abril, no ha registrado ningún positivo en covid-19 entre sus más 115 usuarios y su centenar de trabajadores.

P ¿Cree que pudo haberse evitado el brote?

R Antes de que la Conselleria de Sanidad empezara a tomar medidas ya las adoptamos nosotros el 6 de marzo cuando comenzaron a producirse los primeros casos en las residencias de Madrid. Hemos ido más allá en los protocolos de prevención marcados por Sanidad. Restringimos las visitas a un único familiar por día durante una hora. Y cuando surgió el primer caso aplicamos incluso protocolos hospitalarios gracias a las directrices que nos dieron los profesionales de la planta covid de Elda. Hicimos mucho más de lo que se nos pidió...

P ¿Fueron eficaces las medidas?

R De los 127 usuarios que teníamos entonces -en la residencia y en el centro de día- únicamente se contagiaron siete y en el resto de geriátricos afectados en España lo habitual era que se contagiara un mínimo del 50% de los usuarios. Aquí no fue así. Conseguimos aislarlos y controlar la enfermedad.

P ¿Cómo cree que entró el virus en la residencia?

R Cuando sufrimos el brote no tuvimos ningún trabajador positivo en covid. El virus entró desde el exterior por visitas externas y por usuarios que, hasta que la Conselleria decretó el cierre del centro y la prohibición de salidas, estuvieron haciendo vida en el exterior y, de hecho, dos de estas personas se contagiaron.

P ¿Su centro está sufriendo la «fuga» de enfermeras y auxiliares a la Sanidad Pública?

R Ese problema lo tenemos todos los centros de mayores y viene de muchos años atrás. Nosotros estamos tomando medidas de flexibilidad laboral para evitarlo.

P ¿Cómo llevan los mayores las medidas anti-covid?

R Hay medidas necesarias que ellos no entienden. Por ejemplo, que las salidas al exterior las tengan limitadas salvo por cuestiones de fuerza mayor. Otra cosa que algunos tampoco llevan nada bien es que los hayamos separado por unidades de convivencia en grupos más reducidos de quince personas. Son como los grupos burbuja que se han hecho en los colegios. Solo conviven entre ellos llevando siempre la mascarilla y siendo atendidos por los mismos cinco auxiliares por turno. El 80% presentan deterioro cognitivo y no entienden que no les dejemos juntarse con sus amigos de las otras unidades de convivencia. Nos dicen que esto ya no es lo que era...

P ¿No temen contagiarse?

R No. Además los mayores de 80 años tienen asumida la muerte pero hay residentes de entre 60 y 70 años que están aterrorizados.

P ¿El confinamiento les ha causado mermas físicas y psicológicas?

R Sí, totalmente. Han estado tres meses dentro de una habitación de entre 12 y 17 metros cuadrados sin poder salir.

P ¿Y las familias lo entienden?

R Sí. Saben que hemos hecho un gran esfuerzo para mantenerlos comunicados por videollamadas un mínimo de dos veces a la semana. Y en la mayoría de los casos los familiares está muy agradecidos.

P ¿Qué ha fallado?

R Puedo entender que la Administración no estaba preparada cuando surgieron los primeros brotes. Pero sabiendo que llegaría una segunda oleada no entiendo que en agosto hayamos estado en la misma situación que en marzo.

P ¿A favor o en contra de los centros intermedios?

R Completamente a favor porque un solo caso positivo en una residencia debe salir de forma inmediata para evitar que se contagie el resto de mayores. En Aragón, por ejemplo, la experiencia está funcionando muy bien.

P ¿Qué reclaman los geriátricos de la Administración?

R Sobre todo apoyo económico, porque el covid nos ha dejado un agujero enorme tanto de déficit como de gasto, y acción inmediata en los resultados de los PCR.