El Ayuntamiento de Elda afronta su segundo intento, desde el verano de 2019, para tratar de reabrir los quioscos de los parques, jardines y plazas de Elda. La convocatoria abierta para asumir su gestión quedó desierta en la primavera pasada por la inseguridad y la crisis generada por la pandemia del coronavirus. Así lo ha explicado el concejal de Patrimonio Municipal, Amado Navalón, tras anunciar que el equipo de gobierno de PSOE-EU volverá a retomar este proceso en las próximas semanas. En esta ocasión será a través de la fórmula de negociado, lo que permitirá agilizar la concesión directa a los interesados.

Casi todos los quioscos llevan más de una década cerrados y su reapertura es una petición ciudadana recurrente desde hace años. Muchos hosteleros habían mostrado interés en retomar un servicio público prácticamente inexistente en la ciudad. Un negocio que daba «vida social» a las zonas verdes urbanas y que fue desapareciendo de forma progresiva y por motivos diversos. Sin embargo, el éxito que ha tenido el quiosco-restaurante de la plaza Castelar, el único que actualmente está funcionando, se ha convertido en un incentivo para devolver la actividad a estas concesiones públicas a cambio de un canon de explotación. Se trata, en suma, de dinamizar los espacios públicos ofreciendo un servicio que genera empleo y riqueza en la ciudad. Todo dependerá, eso sí, de la evolución de una pandemia que podría comenzar a remitir a partir del próximo verano.

Los dos primeros quioscos que el Ayuntamiento de Elda quiere reabrir son los situados al comienzo y al final del paseo de la avenida de Ronda. Son los más modernos y los mejor conservados. Uno de ellos llegó a albergar una exitosa actividad durante cuatro años. Pero cuando la concesión expiró, la titular no quiso renovarla por motivos personales. El otro templete, el más próximo al estadio Nuevo Pepico Amat, lleva cerrado desde que la zona se inauguró en abril de 2010. Una década sin darle uso a pesar de encontrarse en una ubicación urbana privilegiada.

En el verano de 2019 el Ayuntamiento preveía obtener, con cada uno de ellos, un ingreso por la explotación de 600 euros mensuales. Una veintena de personas llegó a mostrar interés pero con la irrupción del covid-19 ninguno de ellos se atrevió a dar el paso.

Los otros tres quioscos-bar a recuperar se encuentran en un evidente mal estado de conservación por una prolongada falta de actividad y un mantenimiento inexistentes. Son concretamente los del parque Adolfo Suárez -más conocido como plaza de la Concordia-, el parque de San Crispín donde se encuentra la ermita de los patronos de los zapateros y el del Jardín de la Música. Pero este último caso está condicionado a las obras de reforma pendientes de ejecutar en un espacio urbano emblemático para la ciudad. En cualquier caso, la licitación no va a ser tan rápida en estos tres últimos locales. Al menos así se vislumbra a priori. Entre otros motivos, porque necesitarán someterse a obras de adecuación que retrasarán el proceso. Por tal motivo una de las opciones barajadas es que sea el propio Ayuntamiento quien acometa los trabajos antes de otorgar la concesión. En tal caso el canon de explotación será más elevado para que se pueda amortizar la inversión municipal.