La rápida y eficiente labor de ocho agentes de la Policía Local de Elda y uno de la Comisaría de la Policía Nacional de Elda-Petrer ha logrado salvar, «in extremis», a un hombre de 41 años que estaba decidido a acabar con su vida lanzándose al vacío desde el puente de la Libertad. El primero en percatarse de la situación fue el agente de la Policía Nacional. Estaba fuera de servicio y cruzaba con su patinete eléctrico el puente en dirección a su casa cuando observó primero una chaqueta abandonada y luego al suicida. En ese momento apenas era visible porque era de noche y se encontraba en la parte exterior del puente, con los pies en la cornisa, el cuerpo inclinado y sujetándose únicamente con sus manos en la barandilla a treinta metros del suelo.

El agente se acercó con calma para que no se sobresaltara y trató de entablar una conversación con él para persuadirle de su acción. Pero no atendía a razones, solo gritaba, maldecía su vida y mostraba una actitud de completa desesperación por una serie de problemas de ámbito personal y familiar. A pesar de que faltaban pocos minutos para las diez de la noche y la gente se apresuraba para cumplir el toque de queda, varios conductores observaron la escena desde sus vehículos y llamaron al retén de la Policía Local para alertar del hecho y pedir ayuda. La primera patrulla acudió en menos de un minuto y posteriormente fueron llegando el resto de dotaciones hasta reunir a ocho agentes del Cuerpo local de Seguridad.

La víctima, que reside en Elda aunque es de nacionalidad sudamericana, estaba muy afligida y no quería hablar con nadie. Únicamente pidió que llamaran a un sacerdote porque quería confesar sus pecados antes de morir. Así lo dijo textualmente. Sin embargo la presencia del pastor tampoco logró tranquilizarlo y a los pocos minutos se negó a seguir dialogando. Estaba muy alterado y decidido a acabar con su vida en ese mismo instante. Pero en un descuido, al interponerse el religioso en su campo de visión, los agentes lograron abalanzarse sobre él con un rápido movimiento y sujetarlo, desde el exterior del puente, para ponerlo a salvo arriesgando sus vidas. Ofreció entonces una fuerte resistencia porque estaba obcecado en lograr su propósito. Pero los policías se agarraron unos a otros para evitar caer al vacío en el forcejeo y tiraron de él con todas sus fuerzas hacia el interior del puente hasta que lo consiguieron, evitando así un trágico final.

El suicida fue trasladado entonces a la Unidad de Psiquiatría del Hospital General Universitario de Elda para ser sometido a una exploración médica.

Situado en la partida de La Sismat, y con treinta metros de altura sobre el cauce de hormigón del río Vinalopó, el puente de la Libertad es el más alto de Elda y posee una larga lista de intentos de suicidio. Una media de al menos uno al año en las dos últimas décadas, según fuentes policiales. Afortunadamente la mayoría han sido evitados pero también hay notorios casos en los que la desesperada acción se ha consumado por desgracia. En marzo de 2015 la Policía Local también salvó a un hombre de 35 años que intentó lanzarse al vacío desde uno de los balcones del puente y más recientemente, en septiembre de 2020, fue una pareja la que evitó otro suicidio en el mismo lugar.