La hermana del obispo de Orihuela-Alicante y su esposo, así como el vicario general Vicente Martínez, también recibieron la primera dosis de la vacuna contra el covid-19 el mes pasado en la Casa Sacerdotal. La Diócesis ha admitido los hechos investigados por el diario INFORMACIÓN justificando la vacunación de los familiares de Jesús Murgui por la «vinculación sanitaria» que mantienen con él. Desde septiembre de 2012, tanto la hermana como el cuñado del prelado están atendiéndolo y conviviendo con él en el edificio del Obispado. «Por ese motivo están vinculados sanitariamente, como el señor obispo, a la Casa Sacerdotal, donde se encuentra su domicilio sanitario», se indicó ayer desde la Diócesis a este medio. Por lo tanto, la hermana y el cuñado de Jesús Murgui recibieron la primera dosis de Pfizer cuando fueron citados el pasado 8 de enero, «tal y como ha ocurrido en otras campañas de vacunación» como la anual de la gripe, se añade desde la institución religiosa.

Respecto al proceso de inmunidad del vicario general de la Diócesis de Orihuela-Alicante, el propio Vicente Martínez Martínez ha explicado a este diario que entre noviembre de 2019 y septiembre de 2020 ha estado residiendo en la Casa Sacerdotal por una aplasia medular grave que ha requerido la asistencia permanente del Hospital General de Alicante y de los enfermeros de la propia Casa Sacerdotal. «Si bien he mejorado de mi enfermedad, en la actualidad sigo recibiendo tratamiento, con la supervisión continua por parte del mismo equipo sanitario de la Casa Sacerdotal, aunque mi residencia está en el Teologado Diocesano que, como muchos saben, forma parte del mismo complejo residencial y está interiormente unido a la Casa Sacerdotal», ha explicado el religioso puntualizando que «la Casa Sacerdotal y el Teologado comparte el mismo patio y el mismo personal de cocina y sanitario, lo que le permite compaginar su labor de rector en el Teologado y el adecuado seguimiento de su enfermedad. «Por eso el pasado 8 de enero, debido a mi conexión sanitaria con la Casa Sacerdotal y al ser una persona de riesgo, me convocaron para recibir la primera dosis de la vacuna», matiza el vicario general.

El Obispado admite los hechos y los compara a lo ocurrido en otros años durante la campaña de vacunación de la gripe

Como ya publicó este diario, el pasado 4 de febrero, Jesús Murgui -74 años- recibió la primera dosis de Pfizer en la Casa Sacerdotal pese a que no es su residencia habitual, como marcan los protocolos de la Conselleria de Sanidad. Ese mismo día el personal sanitario tenía prevista la vacunación de los residentes de la Casa Sacerdotal, hogar de curas de la Diócesis con una planta especial para los religiosos asistidos y jubilados, algunos de ellos enfermos y de avanzada edad, por lo que se incluyeron en los grupos prioritarios. El prelado reside a unos metros, en otro edificio, el de la residencia episcopal, por lo que tuvo que trasladarse para poder ponerse la vacuna. Pero ahora se ha sabido que no fue el único. Le acompañaron su hermana y su cuñado, con quienes convive desde hace nueve años, y el vicario general quien, tras hacerse publico lo sucedido, suscribió un comunicado asegurando que el obispo «no buscaba ningún trato de favor sanitario, sino únicamente cumplir el protocolo prescrito».

Sanidad descarta investigar el asunto si nadie lo denuncia

La Conselleria de Sanidad no tenía ayer constancia de que la hermana y el cuñado de Jesús Murgui se hubieran vacunado al mismo tiempo que él. También desconocía que el vicario general hubiera sido uno de los religiosos de la Casa Sacerdotal que recibió la primera dosis de Pfizer el mes pasado. En cualquier caso, el Consell no contempla iniciar una investigación si nadie presenta una denuncia formal. Sin embargo, Sanidad si abrió una investigación en enero para aclarar si el del obispo había sido uno de los casos de vacunaciones irregulares. Desde Salud Pública se indicó entonces que se pedirían explicaciones al Hospital de Alicante para conocer por qué se le administró la dosis y determinar si se hizo cuando no le tocaba. Pero de ello nada ha trascendido hasta el momento.