El Ayuntamiento de Elda ha iniciado un estudio para localizar la fosa común del cementerio viejo de Santa Bárbara donde se enterró a cuatro represaliados del franquismo. Tres de ellos fueron juzgados por un tribunal militar en Monóvar y trasladados a Elda, donde fueron fusilados en la tapia del cementerio y enterrados el 16 de noviembre de 1939. La cuarta víctima, el pinosero Evedasto Molina Albert, falleció en la cárcel militar de Elda el 4 de noviembre y acabó en la misma fosa.
Este diario ha tenido acceso al listado de los eldenses ejecutados. Son Manuel Gómez López, de 36 años y nacido en Almoradí; Elías Ibáñez Morcillo, de 35 años y nacido en Almansa; y María Belló Pérez, de 27 años, hija de María «La curandera», una mujer muy conocida en la Elda de aquellos años. Todos ellos eran zapateros de profesión y defensores de la República. Pero ninguno tuvo un destacado protagonismo en la vida política y social de la época.
La investigación ha sido encargada por la concejalía de Memoria Histórica que dirige Amado Navalón a Gabriel Segura, historiador y cronista oficial de la Ciudad de Elda, que está actualmente en proceso de recabar información, recopilar las partidas de defunción y entrevistar a los descendientes. En estos casos únicamente nietos porque los hijos e hijas de los represaliados ya han fallecido.
Fueron, además, los únicos fusilamientos que se realizaron en Elda porque a partir del año 1940 todas las ejecuciones y enterramientos se llevaron a cabo en Alicante ciudad. Precisamente con la búsqueda de once fusilados por la dictadura entre mayo y junio de 1940 dio comienzo el pasado 22 de febrero la primera exhumación de represaliados del franquismo en el Cementerio Municipal Nuestra Señora del Remedio de Alicante. Los trabajos se están realizando en la fosa X, donde se cree que se encuentran los restos mortales de los desaparecidos, que antes de ser ajusticiados fueron encarcelados en el antiguo Reformatorio de Adultos de Alicante, o prisión de Benalúa, donde estuvo también el poeta Miguel Hernández.
En el estudio que se está realizando ahora en Elda es fundamental localizar a los descendientes debido a que, a partir de los años 50, el Gobierno Civil de Franco permitió que los restos mortales de los asesinados fueran extraídos de las fosas comunes por sus familias para darles sepultura digna o trasladarlos a sus poblaciones de origen. De ahí la necesidad de conocer esos aspectos para garantizarse de que las fosas comunes siguen manteniendo los restos mortales de los fusilados. Otra de las dificultades a las que se enfrenta Gabriel Segura es el desconocimiento sobre la ubicación exacta donde se encuentra la fosa común.
Hoy en día no queda rastros de ella y puede haberse dado la circunstancia de que, con las sucesivas ampliaciones del cementerio, el espacio que ocupaba haya podido ser utilizado para construir encima bloques de nichos o panteones. Son aspectos todos ellos que deberá determinar un estudio que ha sido subvencionado por el Ministerio de Presidencia, a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. Concretamente se han concedido 750.000 euros en subvenciones a 15 proyectos de localización, exhumación e identificación de personas enterradas en fosas comunes en la Comunidad Valenciana. A través de estas ayudas se va a financiar las actuaciones que lleven a cabo los ayuntamientos para investigar, localizar, exhumar e identificar a personas desaparecidas en fosas de la Guerra Civil y el franquismo.
El director general de Calidad Democrática en la Comunidad Valenciana, el eldense Iñaki Pérez, ha destacado la relevancia de estas acciones «para lograr que en este país no haya desaparecidos y que los hijos, hijas, nietos y nietas puedan enterrar con dignidad a aquellos que fueron asesinados por un régimen de terror».
