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DIRECTOR DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO DE ELDA

Antonio Poveda Navarro: «Me voy porque mis intentos por defender el patrimonio de Elda solo me han traído expedientes»

El primer arqueólogo municipal de Elda y director del Museo desde 1990 abandona el cargo. Asegura encontrarse «agotado y desencantado» por su beligerante defensa del patrimonio y quiere retirarse del «mundanal ruido» impartiendo clases en la Universidad de Alcalá de Henares

Antonio Poveda abandona la dirección del Museo Arqueológico de Elda y las clases en la UA. | INFORMACIÓN

¿Por qué se va realmente?

Me voy porque mis intentos por defender el patrimonio arqueológico de Elda y evitar las malas gestiones de los responsables políticos solo me han traído expedientes de empleo y sueldo en tres ocasiones más una tentativa. Se podrá decir que soy un Quijote o un loco de nuestro patrimonio, lo que no se puede decir es que soy un mal profesional, un incompetente o que hago dejación de funciones y desobedezco órdenes. Y a todo esto, las asociaciones culturales o del patrimonio de Elda, «mudas». En vez de trasmitirme su apoyo se ponen de parte del gran papá subvencionador ante el que se pierde toda independencia. En fin, mejor pasemos a otra pregunta.

¿Qué ha echado de menos y de más durante su etapa de 31 años al frente del Arqueológico?

Lo que más ha faltado ha sido interés de los gobernantes de cada momento y respeto por la labor impagable que hacemos los profesionales del sector del patrimonio arqueológico e histórico. Cuando un político te dice cómo tienes que poner las vitrinas, o qué tienes que poner en ellas, que no programes conferencias y no trabajes en publicar la revista del museo, está legislando contra la ciudad. Pero sobre todo demuestra una irresponsabilidad ante la ley y el servicio público ante la ciudadanía que le vota y le paga un sueldo.

«He comprobado que un funcionario del patrimonio como yo no puede participar en política. Solo puede ser palmero y adulador»

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¿Cree que su paso por la política ha podido perjudicarle en su actividad profesional?

Eso de la democracia muchos no lo escucharon porque ese día no fueron al colegio. Un gran ejemplo es que cuando la alcaldesa del PP, doña Adela Pedrosa, me preguntó si iba a presentarme a las elecciones municipales, no entendió que podía tener los mismos derechos que ella a hacerlo. No me vio como competidor democrático, me trató como un enemigo al que no darle ni agua, comenzó una persecución laboral, personal y política hasta quitarme toda tarea arqueológica en el castillo y el Monastil para que no me viera la gente y no pudiera quizá robarle votos. Me encerró en el museo y, para que tampoco contactase con los ciudadanos redujo al máximo el presupuesto del museo a 2.500 euros anuales. Pero todo eso le dio igual a su partido, a la oposición y al pueblo. Conclusión: un funcionario del patrimonio histórico no puede participar en política. En todo caso ser palmero y adulador. Por lo tanto, mi decisión democrática de participar en política claro que terminó de matar el interés por el Museo Arqueológico de Elda. Y los que vinieron después dicen otras cosas pero han actuado igual. De modo que, tras casi seis años esperando una actuación democrática y responsable que no llega, hay que irse de donde a uno no le quieren ni al patrimonio arqueológico tampoco.

«Los ataques de los políticos que he sufrido han conducido a un museo pionero y relevante a la cola de la provincia en quince años»

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Elda fue un referente de la arqueología en la provincia...

Sí, pero cuando desde las esferas políticas marginan y atacan al director del museo, se llame como se llame ese director, marginan y atacan al propio museo y a su arqueología. Así se ha llegado a la situación de que un museo pionero e importante, que hizo relevante a la arqueología de Elda, se haya convertido en los últimos quince años en irrelevante y a la cola provincial. Aún así en mis dos últimos años, pero individualmente, sin ayuda ni reconocimiento, he podido difundir por todo el mundo la gran riqueza arqueológica de Elda. Y lo he conseguido teniendo vetada desde 2010 mi participación en el castillo y el Monastil.

¿Por qué lo dice?

Porque en mis 40 años de profesión he aprendido mucho y me apena no poder usarlo en mi pueblo para mejorar ese patrimonio y para disfrute de sus ciudadanos y visitantes.

«Me marcho contento con lo aprendido pero fastidiado por no haber podido aportar todos mis contactos y conocimientos»

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¿Se marcha con dolor, con pena o con resentimiento?

Me despido contento con todo lo que he aprendido durante todos estos años en el museo, en el castillo, en el Monastil, en el casco histórico, en la atalaya de la Torreta, en Camara, en Bolón... pero me voy fastidiado. No he podido aplicar mis conocimientos y la aportación de mis contactos para tener un patrimonio arqueológico visitable y ejemplo de gestión pública, que educa y hace disfrutar al visitante, local o externo, y que al final supone negocio para la ciudad. De todos modos reconozco que lo mejor de los últimos tiempos ha sido trabajar con la concejala Rosa Vidal. Por fin alguien con sensibilidad e inteligencia. Pero hay un pero. Es concejala de Cultura y de Museos, pero no de Patrimonio Arqueológico, de modo que no puede programar, intervenir y gestionar lo que es competencia de todo museo arqueológico.

¿Qué necesita la ciudad para impulsar su legado cultural?

Elda urge tener una comisión municipal de patrimonio histórico y arqueológico. Y lo siguiente es cumplir la ley en esta materia, que ni se cumple ni se exige desde hace muchos años. Pero yo abogo por la cultura y la sensibilidad para conseguir crear y cultivar un hábito de consumo y disfrute amable del patrimonio cultural. Algo para lo que no hay estrategia municipal ni nunca la ha habido.

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