Hoy es la festividad de San Bonifacio Mártir, el patrón de Petrer, pero las fiestas de Moros y Cristianos en su honor están suspendidas por la pandemia del coronavirus. Así lo acordó la Unión de Festejos el pasado mes de marzo por segundo año consecutivo. Sin embargo esta mañana, a las ocho, un grupo de festeros con los gorros distintivos de sus comparsas ha bajado la venerada imagen desde la ermita a la iglesia de San Bartolomé, donde presidirá el altar mayor hasta que el próximo lunes sea trasladada de nuevo a su ermita. Así al menos está previsto.
La Bajada del santo ha generado polémica en Petrer porque se ha llevado a cabo sin avisar al pueblo y sin unanimidad festera. La reunión de urgencia celebrada anoche en la ermita, con la participación de los presidentes de todas las comparsas de Moros y Cristianos, la alcaldes Irene Navarro y la directiva de la Mayordomía, adoptó la decisión de no llevar a cabo este viernes la Bajada de San Bonifacio al templo parroquial. Sin embargo, una posterior reunión celebrada de madrugada por la alcaldesa, el presidente de la Unión de Festejos y el cura párroco, decidió revocar el acuerdo inicial para autorizar la controvertida Bajada. Así pues, a las ocho de la mañana de este viernes, con el disparo de las tradicionales salvas, la talla ha sido trasladada en su carro por una comitiva de festeros bajo la supervisión del máximo responsable de la Policía Local. A su paso por las calles del casco histórico ha causado sorpresa y se han escuchado aplausos y vítores mientras el grupo encargado del traslado entonaba su tradicional canto.
Bajada "clandestina"
Las redes sociales ya están ardiendo con las reacciones de muchos vecinos que consideran la decisión una "irresponsabilidad" en estos tiempos de restricciones sanitarias por el covid-19, además de sentirse "defraudados" por lo que consideran una Bajada "clandestina" que el patrón de Petrer no merece. Entre las críticas por la decisión adoptada destaca la del festero Santiago Alcaraz Martínez. Considera que "los que verdaderamente queríamos acompañarlo ya subimos ayer a la ermita, que permaneció abierta para mostrarle nuestro respeto y como siempre tener esa conversación que reconforta nuestro corazón. Un corazón que hoy se siente triste por el lamentable espectáculo que ha surgido de los que creen que son los mejores festeros del mundo, pero que no han pensado en los sentimientos de otros mucho que también nos lo creemos".
