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Proponen instalar placas solares flotantes en la balsa San Diego de Villena

El embalse tiene una superficie de 80 campos de fútbol pero las fugas han impedido su uso. Compromís lo considera una solución al impacto paisajístico frente a las plantas fotovoltaicas

El embalse San Diego de Villena. ÁXEL ÁLVAREZ

El Gobierno central ha recibido la propuesta de considerar como alternativa a los proyectos de macroinstalaciones fotovoltaicas en el Alto Vinalopó ubicarlas en un paisaje ya transformado, y donde no generaría perjuicio ambiental ni afección en la agricultura y el paisaje, como podría ser sobre la gran instalación de la Balsa San Diego. La opción de las plataformas flotantes de fotovoltaicas se están estudiando en caso como por ejemplo los grandes embalses de Huesca, como el caso de Mediano.

El senador de Compromís, Carles Mulet, ha señalado que desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se descarta una moratoria para la implantación de energías renovables en tanto no se ordene el territorio, que es competencia exclusiva autonómica, y se identifiquen las zonas más adecuadas y estratégicas para ello.

La balsa San Diego de Villena en una imagen aérea. ÁXEL ÁLVAREZ

Pero la ocupación de grandes extensiones de suelo con parques solares (placas, centros de transformación, así como las líneas de evacuación y subestaciones auxiliares privadas) requerirá un uso temporal del suelo y tendrá un impacto reversible (estimado en unos 30 años) que, una vez amortizada y transcurrida su vida útil, se desmantelaría porque se confía que la tecnología habrá evolucionado significativamente. Por su parte en la evaluación ambiental de proyectos aislados (no evaluación ambiental estratégica de planes) que practica el Ministerio una de las fases más importantes de la evaluación debería ser la de identificación de las alternativas al proyecto.

Pues bien. Actualmente se están tramitando multitud de plantas solares alrededor de la balsa San Diego ubicada entre los términos municipales de La Font de la Figuera y Villena, una infraestructura infrautilizada desde que finalizo su construcción y se realizaron las primeras pruebas de carga, hace ahora nueve años, y con deficiencias funcionales severas.

La balsa San Diego tiene una superficie equivalente a 80 campos de fútbol. ÁXEL ÁLVAREZ

Esta infraestructura se diseñó con la finalidad de regular los caudales procedentes del trasvase Júcar-Vinalopó y tenía un objetivo ambiental, como es paliar la sobreexplotación de los acuíferos, algo que no cumple por estar parada. La balsa es la segunda más grande de Europa y permitiría a sus usuarios ahorrar en el coste energético del bombeo del agua.

Tras años sin invertirse un euro en esta enorme infraestructura supuestamente ubicada sobre una geología impermeable, en la actualidad funciona únicamente el pequeño extremo del talud de un metro de alto, ya que en la fase de puesta en carga (llenado) evidenció fugas muy importantes y falló la ingeniería. Esta formación ha venido reclamando a este Gobierno y a anteriores, partidas para repararla y ponerla en pleno funcionamiento, pero sin éxito por votar en contra siempre los partidos que sustentan al Gobierno, por ejemplo, a nuestras enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado.

El embalse San Diego de Villena no se ha podido utilizar por las fugas de agua. ÁXEL ÁLVAREZ

Las dimensiones de ésta son para almacenar más de 20 hm3 de suficiente para regar 10.000 hectáreas de cultivo, con la pretensión de poder llenar hasta 4 veces al año, según las previsiones de Acuamed. Su perímetro supera los 4 kilómetros de longitud; presenta una altura máxima de 35,2 metros al pie de talud y de 38,5 metros sobre el eje de los cimientos; el ancho de coronación tiene 7,5 metros y el ancho de base de talud llega a alcanzar en algunos puntos los 200 metros. El agua almacenada, en su cota máxima, tendrá 22 metros de profundidad, es decir, cubriría un edificio de 7 plantas. El vaso de la balsa tiene una superficie de 800.000 m2, equivalente a 80 campos de fútbol. Cuando la lámina de agua alcance su cota máxima esa superficie equivaldrá a 115 campos de fútbol (1.150.000 m2).

Por ello Compromís ha preguntado al Gobierno:

¿Va a exigir el Gobierno, dentro de sus competencias, durante la tramitación de los EIA de dichos proyectos, considerar como alternativa la instalación de placas solares sobre la balsa?

¿ Va el Gobierno a repararla? De no hacerlo ¿qué inconvenientes impedirían ocupar ese espacio ya alterado y público para generar energía renovable (podría ser pública en este caso)? Si por el contrario se va a reparar, ¿no sería una alternativa acertada optar por fotovoltaica flotante en lugar de alterar parajes excepcionales que cumplen a día de hoy otras funciones ecosistémicas importantes para la vida y la biodiversidad?

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