Villena suspende sus fiestas de Moros y Cristianos por segundo año a consecuencia de la pandemia. La Junta Central de Fiestas, la Junta de la Virgen y el Ayuntamiento de Villena han tomado la decisión por unanimidad, con el acuerdo de las 14 comparsas, atendiendo a las restricciones de la pandemia que impiden la celebración de actos multitudinarios. Por segundo septiembre consecutivo los festeros de Villena se quedan sin desfilar.

El alcalde de Villena, Fulgencio Cerdán, considera que “es triste esta noticia, pero entendíamos que era mejor no hacer unas fiestas que hacer algo que no se iba a parecer a como las conocemos”.

 

El primer edil, acompañado por la concejala de Fiestas, Maite Gandía, ha señalado que “me temo que tengo que anunciar una noticia que no me gustar dar, pero ante la situación actual y la incertidumbre para los próximos meses, nos vemos obligados a suspender las fiestas de Moros y Cristianos de este 2021”. Y justifica la decisión porque “no está en nuestro planteamiento hacer una fiesta que no se parezca a la que conocemos. Entendemos que es importante mantener la altura de nuestras fiestas, su gran nivel festero, y no un sucedáneo, por muy triste que nos ponga esta noticia”.

 

No obstante, deja abierta la posibilidad de hacer actos puntuales, que estén suficientemente controlados en cuanto a aforo y todas las medidas de seguridad contra la Covid-19, pero siempre en función de lo que establezcan las autoridades sanitarias y las recomendaciones de la Conselleria.

 

Por su parte, el presidente de la Junta Central de Fiestas, Francisco Rosique, destacó el cierre de filas en forma de unanimidad en esta decisión de todas las comparsas porque “entendemos que las fiestas deben celebrarse cuando se celebren con normalidad y no parece que sea posible en este mes de septiembre”. El presidente apuntó que “todo el colectivo considera que nuestra fiesta debe ser abierta y participativa y no excluyente como exige la actual situación sanitaria”.

 

Rosique recordó que la fecha para establecer el inicio de la denominada “nueva normalidad” es el próximo 1 de septiembre, una “fecha muy próxima a la celebración de nuestras fiestas que hace casi imposible su celebración, y cuando está claro que los desfiles no van a estar autorizados”.

 

Al respecto, desde la Junta de la Virgen su presidente, Manuel Muñoz, se sumó a la decisión como la “única posible ante esta situación”, y resumió su actividad a lo estrictamente religioso con la Misa Mayor del día 8 de septiembre, puesto que se pueden establecer claros controles de aforo y de cumplimiento de la norma.

 

Finalmente, el alcalde mantiene la posibilidad de analizar a partir de agosto la realización de algunos actos muy concretos, de carácter puntual y con absoluto respeto a las exigencias de la Conselleria de Sanidad.