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La falta de catálogo municipal mantiene sin protección 150 bienes históricos en Elda

Los intentos por aprobar el documento fracasaron en los años 2002 y 2014 a pesar de elaborarse dos informes El PGOU solo contempla medidas especiales para 65 bienes declarados de Interés Cultural o de Relevancia Local

Las dos casas de la República que fueron derribadas en 2020 a pesar de su interés histórico. | INFORMACIÓN

El Catálogo de Protecciones, anteriormente llamado Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, es una asignatura pendiente para el Ayuntamiento de Elda. La ciudad sigue adoleciendo de este documento necesario para preservar los bienes y enclaves históricos a pesar de que en el año 2002, y posteriormente en 2014, se elaboraron sendos informes por encargo de sus respectivos gobierno y costeados por las arcas municipales. Sin embargo nunca terminaron de tramitarse porque no pasaron por pleno y, tras meses de buenos propósitos y mejores intenciones, acabaron olvidados en una estantería de la Oficina Técnica Municipal.

Actualmente la única protección viene dada por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del año 1985 tras la revisión llevada a cabo en 2017 para, precisamente, incluir los Bienes de Interés Cultural (BIC) y los Bienes de Relevancia Local (BRL) de Elda en el planeamiento municipal. Una medida a la que obligó entonces la ley dentro del apartado de ordenación estructural y que se mantiene, sin ninguna ampliación, cuatro años después.

En el PGOU de Elda hay seis BIC -el castillo, la torre de La Torreta, las pinturas rupestres de Camara y el yacimiento arqueológico de El Monastil- y 59 BRL entre los que se encuentran las principales iglesias, la plaza de toros, la Casa de las Beltranas, el Hospital de Pobres, la Casa Viuda de Rosas y la de Pepe Barata, entre otros inmuebles. Son concretamente 32 BRL urbanos, 24 BRL rurales, cinco yacimientos arqueológicos y un yacimiento paleontológico que, curiosamente, es el único que goza de la consideración de Bien de Relevancia Local de todo el Vinalopó.

Sin embargo en el informe redactado en 2014, que debería haberse convertido en el primer Catálogo de Protecciones de Elda, los expertos incluyeron 224 bienes de interés -127 urbanos y 97 rústicos- con diferentes grados de protección: integral, parcial y ambiental, además de 30 yacimientos arqueológicos. Por lo tanto son 150 los bienes que se encuentran desprotegidos en la ciudad a pesar de su entidad histórica, etnológica o artística. No existe ninguna normativa que impida derribarlos y eso es, precisamente, lo que la Asociación de Amigos del Patrimonio Histórico, Cultural y Medioambiental de Elda (Mosaico) denunció en abril de 2020 cuando se demolieron dos viviendas unifamiliares en la calle Pablo Iglesias.

«No eran edificaciones de gran valor. No poseían grandes valores artísticos, monumentales o arquitectónicos. No había motivos de peso para que tuvieran que ser conservadas. Pero tenían cierto valor histórico para la ciudad porque eran el ejemplo de una iniciativa obrera de los tiempos de la República», indicaron los miembros de Mosaico. La Cooperativa Española de Casas Baratas «Pablo Iglesias», de ámbito nacional, puso en marcha en Elda una iniciativa para mitigar la consecuencia del paro obrero. De la mano del sindicato UGT se adquirieron terrenos en la entonces zona de expansión urbana del municipio y se promovió la construcción de viviendas por los albañiles en paro, para así permitirles ganar un salario y generar una fuente de ingresos. Diferentes ejemplos de esta iniciativa se desarrollaron en las calles Padre Manjón, González Bueno, Poeta Zorrilla y Pablo Iglesias. Pero, con el derribo de las dos viviendas construidas en la calle Pablo Iglesias, ahora solo se conserva el conjunto de casas de planta baja de la calle Poeta Zorrilla. Ya entonces, en abril de 2020, los miembros de Mosaico denunciaron que el Ayuntamiento seguía sin aprobar el Catálogo de Protecciones. Un documento que contribuiría a que estos «pequeños monumentos» eldenses fueran documentados antes de su derribo para, al menos, poder legar a las generaciones futuras una parte de la historia de la capital del Medio Vinalopó.

Aunque el concejal de Patrimonio, Amado Navalón, mostró tiempo atrás interés por aprobar definitivamente el Catálogo de Protecciones, lo cierto es que esta semana ha preferido no pronunciarse al respecto.

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