El estrés hídrico que está soportando el arbolado del casco urbano de Elda por las altas temperaturas y la falta de lluvias está provocando la caída de ramas en espacios públicos. No es un fenómeno nuevo. Suele producirse en primavera o verano cuando aprietan los calores y en las últimas semanas se han producido varios percances de estas características. Afortunadamente no ha habido que lamentar daños personales pero se trata de una situación peligrosa que el Ayuntamiento quiere evitar. Para ello se han dado instrucciones a los operarios encargados de la Jardinería que ya han comenzado a inspeccionar la masa arbórea de todo el casco urbano para prevenir accidentes. Supervisan el estado de las ramas y proceden a podar aquellas que presentan riesgo de caída, un proceso que también puede darse en los árboles haciéndose necesaria su tala.
Además, la brigada mantiene un retén de guardia para intervenir en el momento en el que se recibe cualquier aviso. Fue, precisamente, lo que ocurrió durante la tarde del pasado miércoles cuando una rama de gran tamaño se desplomó sobre el interior de la cancha deportiva del parque del Cocoliche. Afortunadamente en ese momento no estaba siendo utilizada por menores pero el accidente generó la lógica preocupación entre los vecinos. Algunos de ellos lo atribuyen a la falta de riego o de mantenimiento del arbolado por el exceso de peso que soportan las ramas.
Mecanismo de defensa
Los expertos rebaten esta opinión achacando el problema al balance hídrico crítico que se produce cuando los niveles de agua que contienen los árboles descienden de forma acentuada en un corto periodo de tiempo. En estos casos el agua que absorben las raíces no es suficiente para cubrir el agua que se pierde por transpiración. Una situación que lleva al árbol a activar un mecanismo de defensa para garantizar su supervivencia que consiste en desprenderse de sus hojas y ramas. De ahí que los especialistas en Ecología Urbana adviertan a las autoridades sobre la necesidad de cambiar las especies arbóreas que se plantan en la ciudad y elegir nuevos métodos y nuevos espacios.
Las variedades que más sufren este problema son los olmos, plataneros, las melias y las robinias y, además, todo apunta a que el cambio climático acelerará este problema en los próximos años por la subida generalizada de las temperaturas. Por lo tanto, las caídas de ramas en espacios urbanos serán mucho más frecuentes.
El caso de Elda también se está repitiendo este verano en la vecina localidad de Petrer y en otros municipios de la provincia. En la mayor parte de los casos el fenómeno suele aparecer cuando, tras unos meses de intensas lluvias tal y como ha ocurrido esta primavera en muchas comarcas alicantinas, se registra una subida brusca de las temperaturas con una prolongada ausencia de precipitaciones.
