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La capitana de las ametralladoras

Beneixama recuerda a la republicana Hernández Luna tras una vida marcada por la Guerra Civil, la muerte de su marido y el exilio en Rusia

La capitana Hernández Luna al frente de la 9 brigada de la 11 División Líster.

Perdió la guerra contra Franco y a su gran amor en la Batalla de Brunete. Encarnación Hernández Luna, nacida en Beneixama en 1912, tuvo un papel preponderante en la Guerra Civil como capitana de ametralladoras del bando republicano. En plena contienda de la Sierra de Madrid se enamoró del cubano Alberto Sánchez Méndez, comandante de una brigada de 3.000 soldados que vino a España a luchar contra el fascismo. Se casaron en el frente en febrero de 1937, tras la victoria del Ejército republicano en Guadalajara, y fue el general Líster quien los declaró marido y mujer en nombre de la República Española. La boda duró hasta la mañana siguiente y, cuatro meses más tarde, el apuesto oficial cubano falleció a los 22 años en Brunete por una bomba enemiga. Su muerte inspiró uno de los poemas más desgarradores del escritor Pablo Neruda: «El humo y la sangre lo han cegado. Y allí cae, y allí su mujer la comandante Luna defiende al atardecer con su ametralladora el sitio donde reposa su amado…».

Ella tenía entonces 25 años y, desgarrada por el dolor, informó de la trágica muerte a los familiares de su amado en Cuba asegurándoles que: «Las ametralladoras que mando sabrán bien vengarse de quienes han destruido para siempre mi vida». En noviembre de 1937, en otra de las cartas que se conservan en el museo de la ciudad cubana de Pinar del Río, explica que resultó herida de bala en la cabeza. Fue trasladada al hospital militar de Beneixama y a los dos meses recibió el alta volviéndose a incorporar a filas tras admitir que «desde la muerte de Alberto, no valgo nada». Solo quería cumplir la promesa que ambos se hicieron. «Me han arrebatado por siempre el ser más querido. Mi vida, todas nuestras ilusiones…», comentó en otra carta revelando que, en los momentos de descanso, la pareja se había prometido que si uno moría bajo la metralla fascista, el otro continuaría luchando hasta el final. Y así lo hizo la capitana convirtiéndose en la mujer de mayor graduación de las 31 militares del Ejército Popular. Méritos alcanzados por su dureza en el combate, su visión táctica, su valor y sus dotes de mando al frente de la compañía de ametralladoras.

Con su marido, que falleció en la Batalla de Brunete a los cuatro meses de casarse. | INFORMACIÓN

Con su marido, que falleció en la Batalla de Brunete a los cuatro meses de casarse. | INFORMACIÓN

Al finalizar la guerra huyó a la Unión Soviética y trabajó para la Internacional Comunista. Años después se trasladó a Canadá con una identidad falsa posiblemente para desempeñar funciones de espía. Nunca se casó. No encontró jamás el amor que perdió en la Batalla de Brunete y falleció en Quebec, en 2004, a los 92 años de edad. Hija de los republicanos Andreu Hernàndez Richard y Dolores Luna Sarrió se marchó de Beneixama para trabajar en Madrid en la sección textil de los Almacenes Rodríguez de la calle Gran Vía. En la capital de España se afilió al Partido Comunista y poco tiempo después estalló la Guerra Civil. Se incorporó entonces voluntaria a la 22 Brigada Mixta de Ametralladoras del Quinto Regimiento. Pero los méritos de guerra le hicieron ir ascendiendo en la carrera militar. Primero a teniente en enero de 1937 y en junio a capitán en la División Líster.

En su recuerdo, el Ayuntamiento de Beneixama le dedica este sábado 24 de julio de 2021 un homenaje en el Auditorio. La jornada comenzará a las siete de la tarde con una exposición y la proyección del documental «La Teniente Remedios» que será presentado por los historiadores Esther Gutiérrez Escoda y Boni Navarro Poveda. A continuación Ernesto Viñas disertará sobre la 11 División en Brunete y el historiador Luis Antonio Ruiz Casero, de GIGEFRA, ofrecerá la chala «Encarnación Hernández Luna. Recuperando la memoria perdida». Para el investigador la relevancia histórica que tiene Encarnación es el haber sido la mujer combatiente más importante del ejército republicano. "Después del proceso de absorción de las milicias obreras que se formó tras el Golpe de Estado las mujeres quedaron excluidas en tareas de combate y, sin embargo, ella siguió en primera línea hasta el final de la contienda", explica Ruiz Casero. Incluso hay fuentes que aseguran que durante la Batalla del Ebro fue nombrada Mayor de Milicias, el equivalente a comandante de brigada en el ejército regular, por lo que ese pudo haber sido el rango con el que tomó rumbo al exilio junto a su padre. Primero a Francia y luego a Rusia.

Serán los propios descendientes de la homenajeada quienes se encarguen esta tarde de cerrar el acto en recuerdo de la capitana Luna: una vida marcada por la guerra, el amor y la muerte.

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