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El Consell tumba la primera planta solar en Villena por su impacto ambiental

Medio Ambiente preserva los Alhorines como principal núcleo del cernícalo en la Comunidad y por su relevancia para aves esteparias y la cría del sisón

El Valle de los Alhorines donde se quería construir el huerto solar que ha sido rechazado. | J.C.P.G.

La fiebre por instalar plantas de energía fotovoltaica en la provincia de Alicante se ha encontrado con la negativa del Gobierno valenciano. Ha sido concretamente en Villena, que ha recibido en los dos últimos años una treintena de solicitudes para implantar parques solares en su extenso término municipal.

La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha emitido recientemente una resolución, tras evaluar el impacto ambiental, en la que informa en sentido desfavorable, a los efectos ambientales, sobre el proyecto de construcción del huerto solar Alhorines I, promovido por Energy Investment and Consultancy en el paraje de los Alhorines. El rechazo a la actuación responde, básicamente, a que afecta negativamente al ámbito de la Red Natura 2000 en la ZEPA Els Alforins y, atendiendo a los efectos sinérgicos derivados de la presencia de otras actuaciones previas, la nueva afección no podría ser corregida ni compensada.

La central solar tumbada por el Consell hubiera abarcado una finca de 12 hectáreas, de las que 8 corresponderían a la superficie ocupada por los módulos fotovoltaicos, y estaba diseñada para generar una potencia de 3.066,12 kW. La zona está clasificada como suelo no urbanizable común y las edificaciones más próximas al proyecto corresponden a la planta termosolar Alhorines II, que se situaba a 300 metros de la ubicación pretendida, y la cárcel de Villena, a unos 1.900 metros al suroeste. Sin embargo, según suscribe el director general de Calidad y Educación Ambiental, la zona se considera especialmente relevante para las aves esteparias, por ser el principal núcleo reproductor de la Comunidad Valenciana para el cernícalo primilla (92 % de la población nidificante) y una de las escasas localidades valencianas de cría del sisón común.

Las características del principal impacto guardan relación con el cultivo tradicional de cereal en secano en la zona, reduciendo por tanto la superficie de campeo y nidificación de las aves esteparias. Así se hace constar en la resolución publicada en el DOGV. Es más, en virtud del informe del Servicio de Vida Silvestre de fecha 25 de noviembre de 2019, la central solar Alhorines afecta gravemente a áreas críticas para la supervivencia de las aves esteparias. En la exposición se incide además en señalar que las zonas críticas para la conservación de las aves esteparias, correspondientes con cultivos cerealistas extensos interconectados entre sí y coincidentes con la distribución de las aves esteparias -cernícalo primilla, sisón y avutarda- han disminuido en la ZEPA de 2.433,35 hectáreas en 2010 a 1.698,99 hectáreas en la actualidad, lo que representa un descenso del 30,1%. Y todo ello lleva a la Conselleria que dirige Mireia Mollà a concluir que, «vista la reducción observada en el número de aves esteparias, las evidencias en relación a los cambios de hábitat son la causa determinante de dicha regresión, y la escasa extensión actual de las zonas críticas para la conservación de las aves esteparias, se considera que la instalación de plantas solares o cualquier alteración importante del hábitat seleccionado por las aves esteparias, produciría una reducción de las poblaciones de estas especies, objeto de la declaración del espacio Natura 2000».

Con este dictamen el Gobierno valenciano deja claro, al menos en este momento, que está a favor de las energías alternativas pero no a costa del medio ambiente.

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