Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La CHJ recortará en 47 hm3 la extracción de agua en los pozos sobreexplotados del Vinalopó

El plan de actuación se aplicará de forma progresiva hasta 2027 para preservar seis acuíferos que están al borde de la salinización, y de los que se obtienen en la actualidad 72 hectómetros cúbicos

El presidente de la CHJ, Miguel Polo, visitando esta semana el embalse de La Romana. | ÁXEL ÁLVAREZ

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha decidido recortar en más de la mitad las extracciones de agua en seis masas subterráneas de la provincia de Alicante que están al borde de la salinización. La medida se aplicará de forma progresiva entre los años 2022 y 2027 y lleva aparejado el cierre de una decena de pozos que se abastecen de los acuíferos de Villena-Benejama, Peñarrubia y las sierras del Reclot, Castellar, Salinas, Lacera y Crevillent. Este programa de actuación será presentado a la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, l’Alacantí y el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa antes de que la junta de gobierno de la CHJ lo apruebe el próximo mes de noviembre.

De los 72 hectómetros cúbicos que actualmente se extraen de los seis acuíferos sobreexplotados habrá que dejar de extraer 47 hectómetros cúbicos en el año horizonte del 2027. Así lo ha indicado a este diario el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, precisando que la reducción del caudal extraído en los sondeos se acometerá por fases, una vez que el programa de actuación sea aprobado el próximo año. Es la única solución para evitar que las aguas subterráneas pierdan calidad y finalmente se salinicen dejando, por tanto, de ser aptas tanto para el consumo humano como para el regadío.

Tribunales

Fue en septiembre de 2020 cuando los miembros de la junta de gobierno de la CHJ acordaron declarar en riesgo estas seis masas de agua subterráneas del Vinalopó. Se dieron entonces un año de plazo para poner en marcha el plan destinado a reordenar los recursos hídricos de los que depende el abastecimiento de 1.500.000 habitantes y el riego de 90.000 hectáreas de cultivos de las comarcas del Alto, Medio y Baix Vinalopó, l’Alacantí y Marina Baixa. El plazo fijado se ha sobrepasado porque la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, l’Alacantí y el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa llevó a los tribunales la decisión de la CHJ de constituir las CUMAS, las Comunidades de Usuarios de Masas de Agua Subterránea, con las que el Organismo de cuenca quería negociar directamente la disponibilidad, uso y destino de los recursos hídricos, presentes y futuros, para garantizar el abastecimiento de toda la zona afectada por el cierre de los pozos ajustándose al Plan Hidrológico.

Pero la Justicia atendió los requerimientos de la Junta Central de Usuarios y aceptó, como medida cautelar hasta que el litigio se resuelva definitivamente, que el interlocutor de la CHJ siga siendo la Junta Central de Usuarios y no las CUMAS. De ahí que se haya retrasado un proceso que debería haberse puesto en marcha el pasado 8 de octubre.

Todas las partes comparten la necesidad de preservar los sobreexplotados sondeos del Vinalopó, pero los agricultores y alcaldes de las comarcas afectadas quieren garantías por parte del Ministerio para la Transición Ecológica, del que depende la CHJ, de que sus municipios recibirán una aportación estable de agua del trasvase del Júcar-Vinalopó a un precio razonable. El fin último es que el agua que se extraiga de los acuíferos se destine al consumo humano y el agua procedente del trasvase cubra el resto de las necesidades.

Alarmismo

Hace un año el entonces presidente de la CHJ, Manuel Alcalde, ya indicó que aprobar el programa de actuación no significaba que «mañana o dentro de un año se vayan a cerrar los pozos sin más. Afirmar algo así -subrayó- es crear alarmismo sin fundamento alguno. Lo que queremos hacer es romper un círculo vicioso que estaba poniendo en peligro los aprovechamientos de regadío y los abastecimientos de agua potable a muchas poblaciones de la provincia y que, además, estaba propiciando un deterioro ambiental de difícil retorno», indicó a este diario añadiendo que «el agua que no se extraiga de los pozos se sustituirá con caudales del Júcar o de las desalinizadoras». Como dijo entonces Manuel Alcalde, y mantiene ahora Miguel Polo, «lo que hemos aprobado implica poner en funcionamiento planes viables, desde el punto de vista económico y social, para aportar agua del trasvase y de las desalinizadoras al sistema Vinalopó-Alacantí».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats