Las cifras de atención a personas sin hogar en el Centro de Día de Cruz Roja Elda se sitúan en una media de quince diarias en lo que va de 2021. Es una cantidad de usuarios que se mantiene estable respecto a la registrada en 2020. Sin embargo este año los voluntarios de Cruz Roja han detectado un significativo aumento de mujeres sin techo que acuden a la sede para recibir alimentos, hacer uso de la ducha y de la lavadora o solicitar citas médicas y disponer de un punto donde recibir las notificaciones de cualquier tipo ayuda, trámite o documentación oficial.
La proporción de hombres y mujeres atendidos en el Centro de Día de Cruz Roja Elda se ha invertido en el último año respecto al anterior. Ahora el 60% de las peticiones de asistencia provienen de mujeres y el 40% de hombres. El perfil mayoritario ha pasado de ser un hombre de entre 30 y 40 años a una mujer de la misma franja de edad. Las razones de este cambio pueden abarca un amplio espectro. Más tratándose de un servicio que es frecuentado por muchos transeúntes que llegan desde otras ciudades y están de paso en Elda. No obstante los voluntarios de la ONG creen que la mujer, en líneas generales, se encuentra en una situación de desventaja socioeconómica respecto al hombre. Cuando se sufre un desalojo de la vivienda o se produce una pérdida de recursos esenciales, tal y como ha venido ocurriendo desde marzo de 2020 con la crisis del covid-19, las mujeres son las primeras damnificadas. Y en este contexto de dificultades las familias monoparentales, formadas mayoritariamente por madre con hijos o madres solteras, suelen arrastrar un mayor grado de vulnerabilidad. Además de la brecha salarial, las mujeres son las que habitualmente se hacen cargo de atender a los mayores y asumen los trabajos más precarios. Limpiadoras y empleadas de hogar entre otros. En definitiva, cuando la crisis aprieta la mujer la sufre de una forma más inmediata y directa. Un fenómeno que puede arrojar luz sobre los motivos por los que, entre enero y noviembre de 2021, se ha producido un incremento de mujeres sin hogar que piden ayuda a Cruz Roja Elda. En su Centro de Día se han realizado en lo que va de año un total de 3.600 atenciones individualizadas a los cerca de 15 usuarios que se atienden de media cada día. En 2020 la cifra se situó en 3.060 atenciones individualizadas. O sea, la cifra ha aumentado en 540. Todas ellas son integrales, personalizadas y enfocadas a la mejora de la situación de aquellas personas que viven en la calle. Constituyen un colectivo vulnerable pero poseen unas características especiales que el equipo de personal laboral y voluntario del área de Intervención Social de Cruz Roja de Elda conoce muy bien. La mayoría quieren vivir en la calle y su decisión debe ser comprendida y respetada. En estos casos la labor de los miembros de la ONG se basa en garantizar su atención sociosanitaria. Para ello se busca darles confianza y bienestar al tiempo que se les realiza un seguimiento especial. «Visibilizar esta realidad existente en nuestra ciudad es la única vía para favorecer la integración, la independencia y el bienestar de este colectivo especialmente vulnerable», destaca Gustavo López Fausto, responsable de Marca y Comunicación Local de Cruz Roja Elda. En la mayor parte de los casos es el «boca a boca» la vía por la que se conoce la prestación de este servicio que en la ciudad lleva funcionando cinco años. Tras el cambio de ubicación anterior a la pandemia, ahora el Centro de Día se encuentra en el sótano de la sede local de Cruz Roja y permanece abierto de lunes a viernes, de 9 a 12.30 horas y de 16.30 a 19.30 horas. Durante las noches y los fines de semana los voluntarios también hacen seguimiento de los sin techo y los visitan para ofrecerles leche caliente, algo de comer y mantas o ropa de abrigo.
Precisamente este martes 23 de noviembre se ha celebrado el Día Europeo de las Personas sin Hogar. Con tal motivo en el Centro de Día de Elda se ha vivido una jornada especial que los usuarios han agradecido. Chocolate con churros para desayunar, menú de libre elección para comer, merienda especial por la tarde, cena temática con pizza y la entrega de un kit de invierno. Una jornada especial destinada a conseguir que los beneficiarios de la entidad humanitaria encuentren un motivo para su visibilización.
