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Roban la cabeza de león de la fachada del palacio de Santa Eulalia en Sax

El expolio se ceba en los edificios históricos de la aldea declarada Bien de Interés Cultural desde 2016 - Los detalles de la sustracción son un misterio

La cabeza de león esculpida en alto relieve ha sido robada de la fachada lateral del palacio. FÉLIX PÉREZ RICO

El palacio de la Colonia de Santa Eulalia de Sax que el conde de Alcudia, Antonio Padúa Saavedra y Rodríguez de Guerra, mandó construir en el año 1898 sufre un prolongado proceso de deterioro y expolio que amenaza la conservación de un edificio de gran valor histórico y artístico. Los robos se suceden y el último ha sido la cabeza de león en alto relieve esculpida en piedra. Una singular pieza adosada a la fachada y situada sobre el buzón de la zona de administración del edificio noble.

La cabeza de león tallada en piedra que ha sido sustraída. FÉLIX PÉREZ RICO

Ningún vecino se ha percatado de la sustracción a pesar de que el lugar se encuentra junto al parque de la ermita de Santa Eulalia. Una zona visible que cuenta, además, con varias familias residentes. Ha sido el sajeño Félix Pérez Rico quien lo ha denunciado públicamente pero tampoco se sabe cuando se ha producido el robo. En mayo de 2021, cuando el muro frontal de la centenaria alcoholera se desmoronó, la cabeza de león seguía en su sitio. Por lo tanto, la sustracción se ha debido cometer en los ocho últimos meses.

El lugar donde se encontraba la cabeza de león sobre el buzón de la oficina de “Administración de la Colonia de Santa Eulalia”. FÉLIX PÉREZ RICO

La población de Sax está muy sensibilizada con la necesidad de preservar el singular conjunto arquitectónico de Santa Eulalia que, sin embargo, ya se halla en situación de ruina. Muchos vecinos y colectivos llevan décadas exigiendo a las autoridades medidas urgentes para frenar la progresiva degradación que sufren el teatro, el centro administrativo, la fábrica de harinas, la alcoholera, la bodega y, especialmente, el palacio del conde. Una mansión que, al igual que el resto de edificios históricos de la pintoresca aldea, goza de protección por parte de la Generalitat Valenciana desde que en febrero de 2016 se declaró a toda la Colonia Bien de Interés Cultural.

Pero a los ladrones poco les importa. Se lo llevan todo: cables, tuberías, muebles, puertas, lámparas y hasta las losetas del suelo y los azulejos de los zócalos. Pero no es lo único. Los efectos del vandalismo se aprecian en la práctica totalidad de las dependencias. Una desoladora imagen para la vivienda capital del poblado agrícola sobre el que Padúa Saavedra ejerció su pleno dominio junto a su adinerado socio Mariano Roncali, inspirándose en las colonias textiles catalanas surgidas con el socialismo utópico del XIX, y que comenzó a perder su inicial esplendor a partir del año 1925. El año en el que el conde falleció siendo enterrado, tal y como expresó en vida, en la cripta de la ermita de Santa Eulalia situada a cien pasos del palacio, y que él mismo fundó en febrero de 1891 tras reconstruirla sobre las ruinas del original templo del año 1609.

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