"Mamá, quiero ser extra de cine"

Medio millar de figurantes participa en la película "The Interpreter", una producción de Hollywood que se despide esta semana de la provincia de Alicante tras mes y medio de rodaje en una decena de municipios

Pérez Gil

Pérez Gil

El rodaje de la película "The Interpreter" en la provincia ha permitido a medio millar de alicantinos de todas las edades participar como extras de figuración o de acción en las diferentes escenas grabadas desde la primera semana de febrero en Novelda, Monforte del Cid, Sax, Crevillent, Elche, Alicante, San Vicent del Raspeig, Xixona, Albatera y La Vila Joiosa.

Son sobre todo jóvenes estudiantes aunque también hay adultos sin trabajo o con empleo fijo e, incluso, profesionales de la figuración que van "saltando" de película en película. Además de la "experiencia inolvidable" que ha supuesto para ellos formar parte de una gran producción de Hollywood con un presupuesto superior a los 50 millones de dólares y un director consagrado como Guy Ritchie, algo que no ocurre todos los días, también han hecho amistades, han conocido paisajes protegidos y compartido escenas con actores de primer nivel. Entre ellos Jake Gyllenhaal, Antony Starr, Bobby Schofield, Jason Wong, Dar Salim, Alexander Ludwig y Sean Segar. Y, de paso, se han llevado un dinerillo que no viene nada mal. Y más en los tiempos que corren con los precios de la luz, la gasolina y el aceite de girasol por las nubes. Y precisamente de las nubes han bajado muchos de ellos al finalizar esta semana la filmación del thriller tras un intenso mes de "cámara y acción" que ha recorrido decenas de poblaciones y parajes naturales que guardan similitud con los de Afganistán, el país en el que se desarrolla una película de talibanes y soldados norteamericanos inspirada en la reciente evacuación que ha dejado a miles de colaboradores en manos de los fundamentalistas. En definitiva, una historia de amistad, gratitud y honor entre un sargento estadounidense y un intérprete afgano.

Este diario ha entrevistado a varios extras pero ninguno ha querido que se conozca su identidad ni tampoco han ofrecido ningún detalle sobre las escenas o el comportamiento de las estrellas con las que han compartido largas horas de rodaje. Todos los figurantes han firmado un contrato laboral y una de las cláusulas es de confidencialidad y obliga a pagar 30.000 euros a quien difunda detalles o imágenes del triller antes de su estreno. Por eso los teléfonos móviles estaban totalmente prohibidos. Pero dentro del mundo de los figurantes también hay "clases sociales". Los más básicos han percibido 110 euros por día trabajado y los de acción 150 euros. Los primeros con jornadas de 7 a 19 horas y los segundos de 6 a 18 horas. La prueba de vestuario también se remuneraba aparte -45 euros- y las horas extraordinarias a 10 euros. Y la comida un lujo: catering para desayunar, almorzar y comer con varios menús a elegir y la posibilidad de repetir plato.

Todos coinciden en comentar que se lo han pasado "genial" pero también señalan que ser extra no es tarea cómoda ni sencilla. Son muchas horas esperando de pie, a la intemperie, sin poder descansar, soportando el frío o el calor en función de la hora y de los trajes que les toque llevar en cada momento...y todo para grabar una escena de menos de un minuto que se repite tres o cuatro veces tras haber sido ensayada varias veces con antelación. Los sábados no se descansaba y también había escenas en horario nocturno. Además, los extras eran llamados con muy poca antelación para sortear a los medios de comunicación y evitar a los curiosos. Solo sabían el lugar donde grabarían unas horas antes tras haberse realizado previamente una PCR y un test de antígenos. La obsesión por mantener a raya el coronavirus era extrema. De hecho, había un equipo de personas encargado únicamente de controlar el correcto uso de la mascarilla. Solo en caso de dar negativo en covid-19 eran citados por el personal de producción y, al llegar al "set secreto", directamente a vestuario y sesión de maquillaje -los hombres tenían que dejarse barba al natural y no cortarse el pelo- y a continuación a las órdenes del equipo de dirección. Y cuantos más extras en la escena más lento y complejo se hacía el proceso. En Colonia Requena de Alicante, por ejemplo, se simuló un bullicioso mercadillo afgano y el número de figurantes se aproximó a los 300.

El rodaje finalizó el pasado viernes en la provincia de Alicante y este lunes se traslada a Zaragoza. Pero muchos figurantes no olvidarán jamás haber compartido plano con estrellas de Hollywood que hasta la fecha solo habían visto en el cine. También tienen muchas "batallitas" que contar a sus familiares y amigos. Por ejemplo, haber muerto muchas veces bajo el fuego de las ametrelladoras interpretando un día a talibanes y al día siguiente a soldados norteamericanos, o haber presenciado espectaculares persecuciones, explosiones reales y el vuelo rasante de un helicóptero bajo sus cabezas. Por eso todos los extras con los que ha contactado este diario quieren repetir y ya buscan futuras películas en la provincia para presentarse a un nuevo casting. Es la magia del séptimo arte.