Como si no hubiera un mañana. Así han celebrado los Moros y Cristianos de Elda el primer día del Fin de Semana Festero tras dos años sin celebración por la pandemia del covid-19. Y llegó el gran momento después de una semana de preocupación y desvelos ante el riesgo de lluvia por la borrasca Celia. Había llovido por la mañana y el cielo gris amenazaba con aguar la fiesta. Pero a las seis de la tarde, tal y como había pronosticado un día antes la Agencia Española de Meteorología, el cielo se aclaró y las nubes pasaron de largo. Seis mil festeros volvían a "reconquistar" las calles con la alegría de la música, el estruendo de la pólvora y un apasionado desfile para acompañar la imagen de San Antón en un traslado atípico e histórico.
Por vez primera se celebra la Media Fiesta en marzo y no en enero, con los arcabuceros abriendo un itinerario diferente y más largo de lo habitual, con un orden de comparsas alterno, devolviendo al patrón a su ermita en lugar de a la iglesia de Santa Ana y siendo portada la imagen mediante los relevos de 18 costaleros de cada una de las nueve comparsas. Primero por los Contrabandistas y después por los Moros Realistas, Cristianos, Huestes del Cadí, Piratas, Estudiantes, Moros Musulmanes, Zíngaros y Moros Marroquíes.
Euforia, abrazos, sonrisas y aplausos con las comparsas formando en bloque y los festeros vistiendo de calle ataviados con sus camisetas, gorros y distintivos, mientras los ovacionados capitanes y abanderadas lucían los trajes oficiales por un recorrido abarrotado de público. La Luna se dejó ver en una noche templada por fuera y caliente por dentro. Pasaban las ocho y media de la noche cuando la campanica de la ermita comenzaba a repicar. San Antón iniciaba el esperado traslado a hombros de las festeras y festeros de los Contrabandistas custodiado por las autoridades, mayordomos y miembros de la Junta Central de Comparsas. Los aplausos y vítores para el venerado patrón se sucedían por todo el recorrido.
Y al acabar un acto irrepitble comenzaba la otra fiesta: la algarabía de los cuartelillos con cena y baile hasta la madrugada. Y este domingo a las 12 horas, si el tiempo no lo impide, se celebrará el Desfile Extraordinario -entre las calles Juan Carlos I y Padre Majón- con el que el Fin de Semana Festero de Elda se dará por clausurado mientras se inaugura la ilusión en las próximas fiestas de Moros y Cristianos del 2 al 6 de junio.
Tres momentos irrepetibles
Los sentimientos estaban a flor de piel y tres momentos han marcado el primer día del Fin de Semana Festero en Elda. Todo comenzó cuando el estandarte de San Antón salió a la calle en medio de una gran expectación. Las salvas de arcabucería anunciaron el principio y el final de un minuto de silencio en recuerdo de los festeros fallecidos por el covid tras dos años de angustia, pena y frustración. Los recuerdos se agolparon y muchos festeros rompieron a llorar. Lágrimas que se repitieron cuando la imagen del patrón alcanzó la plaza de la Constitución en el traslado a su ermita.
"La vida es la Fiesta más preciada"
La Mayordomía sorprendió con un sencillo pero emotivo acto antes de que miles de voces entonaran el pasodoble «A San Antón», interpretado por 150 músicos de las bandas Santa Cecilia de Elda y Ruperto Chapí de Villena.
La abanderada de los Moros Marroquíes, Ana Silvestre; el capitán infantil de la comparsa, Pablo Piqueras, y el contrabandista veterano Juan Deltell compartieron la lectura de un texto que transmitía un mensaje de ánimo y optimismo intercalado con estrofas de las tres composiciones musicales que ya se han convertido en la banda sonora de los Moros y Cristianos de Elda: "A San Antón", "Idella de mis amores" y "Las calles se llenan de mil colores".
De nuevo se encogieron los corazones con frases como: "Puede ser que estos últimos dos años el desaliento, la desilusión o el cansancio hayan podido hacer mella…por eso es tan importante poder encontrarnos de nuevo aquí esta tarde, para que, poco a poco, podamos ir recuperando todo lo que una Fiesta como la nuestra nos regala cada año"; "El pasado nos ha traído hasta aquí, y ahora es momento de volver a disfrutar del presente y deseguir cuidando el futuro" y "Mirar a San Antón es entender que la vida es la Fiesta más preciada que podemos vivir...".
Y el colofón se produjo sobre las diez y media de la noche con la llegada del patrón a su ermita, donde fue recibido por una multitud agradecida mientras las festeras y festeros Marroquíes le daban las típicas vueltas para bendecir a la ciudad. Así transcurrió un festejo histórico dedicado a los que ya no están pero siguen estando.