Más de 3,5 millones de euros solamente en la provincia de Alicante. Esta es la cifra total de la inversión que realizaron en Generación Zoe y ahora reclaman los más de 250 afectados reunidos en una plataforma representada por Alejandro Marín Huerta, del despacho Marín & Ballester Abogados. Esa cantidad de dinero arroja que cada cliente invirtió una media de 14.000 euros en la compañía argentina acusada de llevar a cabo una macroestafa piramidal internacional y cuyo presidente en España y Europa es el empresario alicantino Daniel Paterna.
En Elda, donde Zoe tenía su oficina central en España, existe otro colectivo que también está aglutinando las denuncias de víctimas de otros puntos del país y que hasta la fecha reúne a más de un centenar de damnificados, incluyendo a jugadores y miembros del Atlético Saguntino, equipo de fútbol que a mediados del año pasado compró Daniel Paterna a través de Zoe y que ahora ha dejado en una crítica situación económica, con deudas que se calculan entre 300.000 y 400.000 euros.
"Ya solo una familia de Madrid depositó más de 120.000 euros", indica el portavoz de este grupo de afectados defendido por el bufete Ferreira Gran Abogados.
El depósito mínimo en los contratos de fideicomiso diseñados por la empresa era de 500 dólares, con una permanencia obligatoria de 3 años y elevados retornos mensuales.
Además, la sociedad fundada y cerrada por el prófugo Leonardo Cositorto, en cuyas billeteras electrónicas se ha descubierto que tiene 187 millones de dólares en criptomonedas, ofrecía "membresías inteligentes" con las que prometía a sus alumnos generar ingresos mientras cursaban (o no, ya que no era requisito obligatorio) "estudios" de coaching ontológico y otras materias sin aval académico, a razón de un 20% sobre el capital inicial aportado más un 7,5% mensual y con interés compuesto, además de estancias con pensión completa en sus convenciones en destinos paradisiacos. Los beneficios y ventajas eran aún mayores si el suscriptor atraía a nuevos miembros a la red.
Otras de las opciones financieras que ofertaba Zoe eran los bots y los pines, con los que se buscaba la reinversión constante de los fondos en su empresa. Los primeros eran unos supuestos programas algorítmicos que movían el dinero de los clientes a través del trading y garantizaban retornos de hasta el 100%, como el que se lanzó esta pasada Navidad, cuando ya habían comenzado las demandas por impago contra la empresa y que supuso un fuerte polo de atracción para incautos deseosos de duplicar su dinero en tres meses.
Fue, de hecho, la última gran entrada de nuevos miembros antes de que el esquema piramidal del negocio comenzara a colapsar ante la imposibilidad de hacer frente a los desorbitados pagos.
Entre las múltiples irregularidades de la compañía, una filtración anónima en Internet de copias escaneadas de contratos de fideicomiso de Zoe comprendidos entre los meses de septiembre y enero dejó al descubierto los datos personales de más de 60 clientes españoles. Según ha podido saber este diario, la mayoría de estos afectados se concentran sobre todo en la provincia de Alicante, mayoritariamente en Elda y Petrer, aunque también hay bastantes de Palma de Mallorca y Madrid, otras de las ciudades donde Zoe abrió sucursales. El montante total aportado por estos fiduciantes asciende a 400.000 euros, llegando a haber algún inversor que depositó más de 50.000.
Según algunos damnificados, pese a tener la oficina cerrada, Daniel Paterna se habría comprometido en una videoconferencia realizada en las últimas horas a abonar en 3 meses todo el dinero adeudado, siguiendo así la misma estrategia de defensa de Cositorto quien, no obstante, desde su escondite en Colombia ha retrasado la fecha de inicio de los pagos al tiempo que continúa pidiendo dinero a diario a través de Sunrise Coach, su nueva plataforma ahora 100% online.
