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El bloqueo de las exportaciones rusas por la guerra de Ucrania aumenta un 40% el robo de metales

Las sustracciones de cobre y aluminio se disparan durante el último mes en la provincia de Alicante - Profanan dos cementerios de Elda y Petrer para vender en una chatarrería los apliques y jardineras de latón de una treintena de nichos

Un agente de la Policía Nacional durante una operación contra el robo de cable de cobre. INFORMACIÓN

El robo de metales vuelve a dispararse amenazando con los años en los que se produjo el "boom" de las sustracciones de cobre y alumino. En ese momento todo tipo de cables, picaportes, rejillas, puertas, ventanas, manivelas, barandillas, buzones, placas de edificios, llaves de paso y hasta los aspersores de riego de los jardines públicos desaparecían de las calles para ser vendidos en el mercado negro. Una situación que tuvo su momento álgido entre los años 2006 y 2011 y que ahora tiene visos de repetirse.

El incremento del precio de las materias primas y el bloqueo de las exportaciones procedentes de Rusia por la guerra de Ucrania han incrementado un 40% este tipo de delitos en la provincia de Alicante. De hecho, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad están redoblando en las última semanas tanto la vigilancia como las investigaciones ante el significativo aumento que han experimentado las denuncias.

La escalada de precios ha vuelto a convertir el metal en un botín muy apreciado para los ladrones. El cobre limpio, por ejemplo, casi se ha duplicado en menos de un año. En 2021 se pagaba a 5 euros el kilo y en la actualidad ya se ofrecen 9 euros. Y el mismo proceso sigue la chatarra. En 2020 el kilo se pagaba a 0,08 céntimos y en estos momentos alcanza 0,35 céntimos. Y con el resto de metales pasa lo mismo.

Desde el pasado mes de febrero se han registrado robos de estas características en casi todas las comarcas alicantinas. En Monóvar los ladrones forzaron las dependencias municipales de la brigada de Obras y Mantenimiento para llevarse consigo herramientas y arrancar el cable de cobre. En Altea también sustrajeron las conducciones eléctricas de las terrazas de varios bares del paseo marítimo. En Crevilent llegaron a entrar incluso a una chatarrería para sustraer los metales más caros y en Agost una furgoneta acabó volcando en una zanja de dos metros, cuando los ladrones huían con el maletero lleno de herramientas y baterías hurtadas en una nave industrial en construcción. Pero el robo más macabro se ha producido esta misma semana en Elda y Petrer.

Una treintena de nichos del cementerio municipal de Petrer han sido profanados por un ladrón que ya ha sido idenfificado por la Policía Local. El presunto autor accedió de noche al camposanto y arrancó las jardineras y remates metálicos de decenas de lápidas para vender posteriormente el metal sustraído en una chatarrería de la localidad.

También en el cercano cementerio de Santa Bárbara de Elda se han producido los mismos hechos aunque el número de sepulturas profanadas ha sido menor. Inferior a cinco según indican las fuentes consultadas. Pero el daño emocional que han sufrido los familliares es igual de doloroso. Se está investigando si se trata del mismo autor porque el modus operandi ha sido el mismo.

Pero el profanador no robó cualquier metal. Fue selectivo al elegir el botín. Se centró únicamente en las piezas de latón, una aleación de cobre y zinc muy cotizada. En total logró reunir unos 20 kilos de jardineras, apliques y remates que arrancó por la fuerza o bien golpeó posiblemente con un martillo o alguna otra herramienta.

Fue el sepulturero quien se percató de lo ocurrido a primera hora de la mañana y una patrulla de la Policía Local acudió al cementerio para inspeccionar la zona. Los agentes iniciaron una investigación para tratar de identificar al autor y, a pesar de la dificultad, lo consiguieron en cuestión de horas logrando, incluso, localizar el botín en una chatarrería de Petrer.

Tubos de escape

En este mismo contexto cabe hacer mención a la oleada de robos de catalizadores de los tubos de escape de los vehículos estacionados en la vía pública. Una modalidad delictiva que también se ha intensificado en los dos últimos meses. Las fuentes policiales consultadas informan de una cifra superior al medio centenar de sustracciones en una quincena de municipios. Entre ellos figuran Novelda, Alcoy, Elda, Castalla, Agost, Petrer, Agost, Muro, Cocentaina, Ibi, Onil, Monforte del Cid, Sax y Villena. En esta última ciudad los ladrones accedieron incluso a un concesionario de vehículos de segunda mano y sustrajeron 18 catalizadores en una noche. Por la profesionalidad y la rapidez con la que perpetran los "golpes" se sospecha de un grupo organizado de carácter itinerante que recorre las comarcas de la provincia.

El catalizador es una pieza situada en la parte trasera inferior de los coches y contiene platino, paladio y rodio recubriendo un panel cerámico. Tiene como función realizar modificaciones químicas en los gases de escape de los automóviles antes de liberarlos a la atmósfera. De este modo reduce la proporción de algunos gases nocivos –principalmente, monóxido de carbono, hidrocarburos y óxidos de nitrógeno– que se forman en el proceso de combustión del motor. De ahí que su sustracción también genere contaminación ambiental.

Precisamente es en estos metales donde reside el elevado valor de estas piezas ya que por un gramo de platino se pagan en el mercado negro 40 euros y por el de paladio 70 euros. Una vez extraído el material se vende en lugares no autorizados por más de 200 euros. Sin embargo, reparar los destrozos ocasionados puede llegar a costar a los propietarios de los vehículos afectados cerca de 3.000 euros.

Plan especial del Ministerio del Interior

La situación llegó a tal extremo que el Ministerio del Interior puso en marcha un plan en 2007 para combatir el robo de cableado de cobre anunciando que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad habían detenido o imputado desde entonces a 11.800 personas por este tipo de infracciones penales, recuperando más de 625 toneladas de cobre y más de 107 kilómetros de hilo de cobre. El material recuperado llegó a alcanzar un valor superior a los cuatro millones y la acción policial se centró en las chatarrerías de todo el país, donde se detuvo a 30 personas y se imputó a otras 126. Una de las detenciones fue realizada por la Policía en Alicante, donde se incautaron de 75 kilos de cobre y 2.300 kilos de aluminio. El Ministerio del Interior puso en marcha el plan por el aumento de robos de cobre debido al aumento de la demanda y la subida del precio en el mercado, donde pasó de unos 3.000 dólares la tonelada métrica de cobre en 2006 a 10.000 dólares en 2011. 

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