Toque de atención del Consorcio Provincial de Bomberos de Alicante por el alto riesgo que entraña practicar barranquismo durante estos días en la provincia de Alicante. Las persistentes e intensas lluvias de las últimas semanas han elevado el caudal de los barrancos, sobre todo en el norte de la provincia, situando la práctica deportiva en un nivel superior a experto.
Por lo tanto, la posibilidad de sufrir un accidente es muy alta. De ahí que se aconseje a los aficionados, pero también a los expertos de este tipo de deportes de aventura, que no corran riesgos innecesarios hasta que el caudal se reduzca.
Precisamente la veintena de miembros del Grupo Especial de Rescate (GER) de los Bomberos del Consorcio Provincial de Alicante han podido examinar esta semana la excepcional y peligrosa situación en la que se encuentra el barranco de Bolulla, un pequeño municipio situado en el interior de la comarca de la Marina Baixa.
Desde el pasado lunes y hasta este jueves los bomberos de este grupo especializado que dirige el sargento jefe Salva Luque están realizando prácticas en este escarpado enclave de montaña. Los dos primeros días empapados bajo la lluvia, soportando temperaturas por debajo de los diez grados y colgados de las paredes del barranco durante horas buscando vías seguras de rescate. Todo ello con el fin de que las 20 horas de prácticas individuales se asemejen a una situación lo más real posible.
"Nos tememos que el próximo fin de semana, aprovechando que llegan días de sol y una buena temperatura, muchos aficionados a descender barrancos acudan al Bolulla. Ya lo hicieron algunos el martes lloviendo y eso es una absoluta temeridad porque puede llegar de golpe una avenida de agua y arrastrar a quienes estén dentro del cauce", ha indicado Luque aconsejando que no haga nadie barranquismo en Bolulla "porque incluso los super expertos pueden correr riesgos".
Eso fue precisamente lo que le ocurrió el pasado domingo a un experimentado barranquista alicantino de 42 años en el Estret de les Penyes. Mientras se asomaba al estrecho cauce para inspeccionar el caudal se resbaló con tan mala fortuna que cayó en una poza quedando sumergido debajo de la cascada. No podía subir ni bajar por el cauce así que su compañero cortó la cuerda de rappel que lo tenía inmovilizado. En ese momento la fuerza del agua lo arrastró con la buena suerte de que acabó en una zona de contra corriente evitando así una muerte segura. Los bomberos del GER lo rescataron ileso unos metros más abajo y lo trasladaron con el helicóptero Alpha 01 al parque de San Vicent del Raspeig.
Prácticamente a la par, a las 14.35 horas, los bomberos del Consorcio se desplazaron hasta la ruta de las agujas, en la Serrella, término municipal de Quatretondeta, donde dos mujeres senderistas de la zona del Medio Vinalopó que ascendían a la ruta hasta la cueva deciden bordearla para subir y hacer cima, perdiéndose en la subida y quedando enriscadas necesitando rescate. También con la intervención de un Alpha 01 más GER, y toda vez que las mujeres se encontraban en perfecto estado, el helicóptero las dejó en un punto de la senda desde donde ellas pudieron acceder a sus vehículos tras casi tres horas de rescate.
La ruta del barranco del infierno, junto a la cola de caballo, en Vall de Laguart, fue otro de los puntos de las montañas alicantinas donde tuvieron que intervenir el pasado domingo. En este caso una mujer de 31 años sufrió una caída haciendo senderismo, lesionándose la rodilla de forma que le impedía reanudar su marcha al no poder flexionar la articulación. Fue trasladada en helicóptero hasta una zona de la senda donde pudo descender y, posteriormente, a un parking cercano donde la esperaba una ambulancia para trasladarla al hospital.
En la actuación, entre las 15 y las 17.30 horas, también intervino un Alpha 01, el Grupo Especial de Rescate y un furgón de salvamentos varios, así como un cabo y un bombero del parque de Dénia.
El cuarto rescate se produjo en el Barranco del Abdet, donde un hombre de 33 años, tras decidir saltar sobre una poza de agua, sufrió una rotura de tibia y peroné, quedando el tobillo totalmente girado al no tener caudal de agua suficiente y tocar fondo. En este caso el aviso se produjo a las 18.42 horas, prolongándose la intervención hasta las 20 horas.
