Con el fuego y la pólvora de los arcabuces arrancó en Petrer a las cuatro y media de la tarde la Subida del Santo. Desde la iglesia de San Bartolomé hasta la ermita por el histórico itinerario que llevaba dos años sin recorrerse por la pandemia del covid-19. Pero la imagen del patrón San Bonifacio, Mártir, no salió del templo parroquial hasta las pasadas las seis y media de la tarde. Los festeros se recrearon conscientes de que las fiestas llegaban a su fin.
De nuevo los capitanes pudieron hacer ostentación de sus rodelas tal y como manda la tradición de esta villa del Medio Vinalopó.
La tarde del quinto y último día de Moros y Cristianos tuvo uno de los momentos más emotivos tras oficiarse la Misa en Acción de Gracias al patrón.
Llegaba el momento de la proclamación de capitanes, abanderadas y rodelas de las comparsas para el próximo año. Los cargos festeros que se despedían lo hacían con satisfacción y tristeza mientras los nuevos recibían los honores con ilusión y júbilo. Y para despedir a los primeros y dar la bienvenida a los segundos los festeros bajaron de la ermita disparando al Alardo sus salvas de arcabucería. Sus rostros reflejaban el cansancio propio de cinco días vividos con gran intensidad y la alegría de haber culminado el esperado reencuentro con la celebración más histórica y con mayor participación de Petrer.
El sol buscaba el horizonte cuando, al llegar a San Bartolomé, cada comparsa acompañó a sus capitanes y abanderadas a sus respectivos domicilios y, a continuación, se realizó la despedida de las bandas de música que han amenizado los festejos, dándose con ello por finalizadas las fiestas de Moros y Cristianos de Petrer de 2022. Un año histórico que comenzó con el pasodoble de la euforia y que los festeros han disfrutado como si no hubiera un mañana.