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Salinas acoge este domingo una nueva protesta contra el Plan Solar del Vinalopó

La asociación vecinal advierte de que en esta población hay 450 hectáreas en exposición pública para plantas fotovoltaicas cuando el límite fijado por el Consell es de 90 hectáreas

La Asociación de Vecinos de Salinas durante su protesta en el Auditorio Municipal. INFORMACIÓN

Las comarcas del Alto y Medio Vinalopó vuelven a manifestarse contra las macroplantas solares como vienen haciendo desde noviembre de 2021. En esta ocasión será en la localidad de Salinas, este domingo 22 de mayo, con salida a las 11.30 horas desde la plaza de España donde se encuentra el Ayuntamiento y la iglesia para recorrer el casco urbano.

Vecinos de Salinas, Sax, Petrer, Monóvar y Elda volverán a concentrarse para mostrar su rechazo a la multitud de proyectos de macrocentrales solares que están en trámite de instalación en las comarcas del Vinalopó, con una superficie de miles de hectáreas y más de 100 kilómetros de líneas y torres de alta tensión. Todo ello en terreno agrícola y forestal, incluso en zonas protegidas como las faldas de la Sierra de Salinas y los alrededores de su Laguna o el Pantano de Elda y la Serra del Cavall en Petrer, limitando directamente con espacios de la Red Natura 2000.

Pero de toda la avalancha de macroplantas que planean asentarse en estas comarcas, Salinas es el pueblo que está más amenazado según denuncian los representantes de la Plataforma Stop Plan Solar Vinalopó y la Asociación de Vecinos de Salinas.

Con una población de 1.600 habitantes y un término municipal de 6.170 hectáreas, en la actualidad existen al menos cinco proyectos planeados en el término de Salinas con una ocupación total de 1.300 hectáreas. De estos proyectos, únicamente tres están en fase de exposición pública y son los que pretenden ubicarse en la zona del Alto Don Pedro -zona de alto valor ambiental donde se practican deportes montaña, senderismo y escalada-, Castillejos y el Cabezo -por dónde recientemente se ha realizado la tradicional caminata de montaña de la Romería de San Isidro- y la Sierra de la Umbría que bordea la Laguna de Salinas). Estos tres proyectos suman un total de 440 hectáreas, el equivalente a más de 450 campos de fútbol.

El resto de los proyectos están en una fase más inicial y de ellos los vecinos se están enterando por el visor de la Generalitat Valenciana.

El límite del 3%

En el reciente Decreto Ley 1/2022 de medidas urgentes en respuesta a la emergencia energética y económica originada en la Comunidad Valenciana por la guerra en Ucrania, la Generalitat pone el límite del 3% de suelo no urbano común para la instalación de estas macroplantas. "Teniendo en cuenta este límite la desproporción en el caso de Salinas queda más que manifiesta ya que de las 6.170 hectáreas de término municipal, únicamente cuenta con unas 3.000 hectáreas de suelo no urbano común quitando el suelo urbano y todo el territorio protegido de Sierra y Laguna. Por lo tanto, el límite estaría en unas 90 hectáreas y actualmente ya están en exposición pública macroplantas solares por 450 hectáreas y otros proyectos más hasta las 1.300 hectáreas", advierten los representantes del colectivo José Antonio Mataix y Antonio Martínez.

La manifestación de este domingo ha sido convocada por la Plataforma y la Asociación Vecinal para manifestar su total descontento con cómo se está tramitando todos estos proyectos, en particular por parte de los ayuntamientos "que, poco o nada han informado a la población, mientras las propias empresas promotoras han reconocido que llevan más de dos años tramitando la compatibilidad urbanística con ellos. Este hecho deja en evidencia el oscurantismo y la nula participación que se le ha dado a la población hasta ahora", denuncian los portavoces advirtiendo de que "este tipo de proyectos, además del claro impacto ambiental y paisajístico, implicarán para poblaciones como Salinas un antes y un después enterrando cualquier posibilidad de desarrollo rural a futuro.

Y es que este municipio del Alto Vinalopó ha visto muy mermado en las últimas décadas su tejido industrial y sus ya escasos servicios y comercios por la cercanía y dependencia de las poblaciones más grandes de alrededor. En este contexto consideran que sus posibilidades de desarrollo pasan por una explotación sostenible de su patrimonio ambiental en actividades como la agricultura ecológica y, sobre todo, el turismo rural.

Residentes extranjeros

Prueba de la calidad del entorno de Salinas es la gran cantidad de residentes extranjeros que han fijado su residencia en la población encontrando una alta calidad de vida. Esta comunidad es una de las más movilizadas en contra de estas macroplantas solares y no entiende cómo se puede permitir destruir el gran tesoro paisajístico y ambiental con el que cuenta Salinas.

Por otro lado, las vías de evacuación desde estas macroplantas solares hasta la subestación de Petrer conllevan kilométricos tendidos de alta tensión con la consiguiente pérdida de eficiencia energética.

Estos tendidos afectarán a muchas familias y vecinos de la zona, dejándoles cautivos bajo estas torres de graves efectos para la salud de las personas. Los colectivos ambientales y ecologistas como la Asociación Heliaca de Monóvar denuncian por su parte la pérdida de biodiversidad, el seguro cambio de microclima en la zona que elevará las temperaturas en el municipio y el deterioro e impacto ambiental que sufrirá la Sierra de Salinas -zona de paso de vientos- y la cuenca endorreica de su Laguna salada, que es la única en el interior de Alicante.

Autoconsumo y comunidades energéticas

La Plataforma Stop Plan Solar Vinalopó y la Asociación de Vecinos de Salinas aseguran estar a favor de las energías renovables y de un modelo de desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente y con el patrimonio natural y cultural de la zona. Por ello abogan por un modelo de energía solar distribuida o fragmentada, fomentando el autoconsumo y las comunidades energéticas -pequeña escala- y buscando ubicaciones racionales de las placas como son las cubiertas de edificios, suelo industrial e infraestructuras. "Un modelo totalmente opuesto al de las grandes empresas y fondos de inversión internacionales que hay detrás que únicamente buscan hacer negocio con el territorio y el paisaje, ese mismo paisaje que para miles de personas forma parte de su historia sentimental y de la de sus ancestros", subrayan Martínez y Mataix.

Por todo ello demandan a los ayuntamientos que escuchen a la ciudadanía, que hagan públicas sus gestiones con las promotoras de las plantas solares y que no negocien con el paisaje y la memoria sentimental de sus pueblos.

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