Elda última los preparativos para reencontrarse con la ilusión de los Moros y Cristianos tras dos años sin poder disfrutar de la celebración al tener que suspenderse los festejos por la pandemia del coronavirus. No obstante, en estas fiestas, caracterizadas por la transición entre el parón del covid-19 y la normalidad, las previsiones municipales apuntan a un impacto económico superior a los 8 millones de euros.

De forma directa serán algo más de tres millones la aportación de los Moros y Cristianos a la economía eldense y otros tres millones y medio más de forma indirecta. Cantidad a la que habría que sumar otro millón por la generación de empleo durante los cinco días de celebración: del jueves 2 al lunes 6 de junio de 2022.

Los 340 cuartelillos y las sedes de las nueve comparsas, las comidas, cenas, establecimientos de ocio nocturno y alojamientos de los visitantes en hoteles, hostales e incluso pisos de alquiler, junto a la industria de trajes y complementos festeros, bandas de música y grupos de danza, seguridad privada, sillas y tribunas, adquisición de pólvora, arcabuces y trabucos, carrozas, zoco y boatos suponen un enorme volumen de negocio y dibujan una ciudad donde, en Moros y Cristianos, los restaurantes de la zona centro ponen el cartel de completo y la clientela también aumenta considerablemente en los barrios de la periferia.

Precisamente los cuartelillos son uno de los grandes motores económicos de la fiesta. Solo en bebida desembolsan más de un millón de euros. Además, la media de gasto de cada uno de ellos se sitúa en torno a los 5.000 euros.

Los 340 cuartelillos festeros de Elda gastarán este año un millón de euros solo en bebida. AXEL ALVAREZ

No obstante cabe señalar que en el ámbito de la indumentaria festera se ha notado un arranque moderado de la fiesta. Los encargos para adquirir trajes de alquiler o de confección para los Moros y Cristianos no han llegado a las cifras que se registraron en junio de 2019, cuando se celebraron las últimas fiestas antes de que en marzo de 2020 irrumpiera el virus. Y ello a pesar de que la mayoría de los talleres de Elda dedicados a este sector han mantenido los mismos precios a costa de reducir sus propios beneficios y después de dos años de "supervivencia" para evitar tener que echar el cierre porque las ayudas han llegado tarde y no han sido cuantiosas.

La mayoría de los profesionales consultados cifran la caída del negocio entre un 20% y un 30%. "La incertidumbre del coronavirus ha llevado a muchos festeros a esperarse hasta el final antes de encargar sus trajes. De hecho, fue a partir de la celebración del Fin de Semana Festero de marzo cuando nos llegó una avalancha de trabajo", explica Pilar Molina, gerente del prestigioso taller El Chador que atesora un cuarto de siglo de trayectoria profesional.

Pilar Molina, gerente de El Chador de Elda, en su taller de confección y alquiler de trajes de Moros y Cristianos. AXEL ALVAREZ

Los clientes fijos han vuelto pero los eventuales han descendido. También se ha notado un mayor control en el gasto por parte de este último grupo. "Y ello a pesar de que nosotros tenemos trajes de alquiler para los cinco días de celebración desde los 75 euros hasta los 2.500 euros en caso de tratarse de una capitanía", añade Pilar que precisamente en estas fiestas se ha encargado de confeccionar cinco trajes para los cargos festeros de dos comparsas.

Ese "desenganche festero" consecuencia de la pandemia también ha tenido su paradójico efecto entre quienes aprovechaban los días libres de la celebración para pasar unos días de relax en los hoteles de la costa almeriense. Las agencias de viaje de Elda tampoco han registrado los mismos niveles de reserva que en los años previos a la crisis sanitaria. Sus gestores hablan de "contención" y tienen la sensación de que "todavía no hemos pasado página del trauma de la pandemia".

El castillo de Embajadas vuelve a ocupar su sitio tras dos años de ausencia por la pandemia. AXEL ALVAREZ

Pero el castillo de Embajadas ya está montando en la plaza del Ayuntamiento y cuando el jueves suenen los pasodobles, y las comparsas tomen las calles con sus capitanías al frente, la fiesta trasmitirá a eldenses y visitantes un nuevo mensaje de retorno, esperanza y superación.