La escritora Verónica Martínez Amat presenta “Lágrimas de Sal”, su nueva novela histórica y de aventuras que transcurre en el siglo XVIII y en la que aparece el insigne marino y científico noveldense Jorge Juan y Santacilia, al que la autora ha querido “rendir un pequeño homenaje a una persona que fue crucial para la historia de España y en especial de la Armada”.

Este nuevo libro de la escritora de Petrer es el sexto que publica en su ya dilatada trayectoria y viene arropado por la asociación Gramática Parda de la que forma parte y de la concejalía de Cultura. El edil Fernando Portillo ha puesto en valor a la autora señalando que Verónica Martínez es un buen ejemplo de persona que está escribiendo y que lo está haciendo muy bien”, invitando a la población al acto de presentación donde podrán adquirirse ejemplares, el próximo martes a las ocho y media de la tarde en el Centro Cultural. Precisamente el mismo lugar donde en abril de 2021 Verónica Martínez Amat llevó a cabo la presentación de su primer poemario: “Cazando Vientos”, el quinto libro de la autora de Petrer tras las novelas: "El juramento de Tortosa""Mirada de Gato"; "Evocadora"; "El paso de los españoles" y "El secreto de Loarre", en las que abordó los géneros histórico y ficción.

“Lágrimas de Sal” es una historia de Piratas en la que un niño huérfano de Londres viaja a España siguiendo los pasos de Jorge Juan y de todo lo que le acontece tras poner rumbo a lo desconocido en un barco corsario, sufriendo tormentas y naufragios. 

La propia autora ha reproducido un fragmento de "Lágrimas de Sal" en el que rinde su "modesto homenaje" al noveldense más universal:

"A los océanos, en ocasiones tan cambiantes, igual que la azarosa vida que me ha tocado en suerte, hay que admirarlos y reverenciarlos siempre con respeto; y a algunos hombres también, no porque sean poseedores de títulos, dignidades o riquezas, sino porque su corazón, su alma, poseen unas cualidades indiscutibles que los hacen seres especiales dentro de un mundo cada vez más caótico, avaricioso e imprevisible.

Los cerca de tres años que pasé junto a Jorge Juan y Santacilia dan fe de ello. O, al menos, invocan en mí ese sentimiento de que estuve al lado de un hombre justo, cabal y sincero, adscrito a sus propias reglas de las que no se movía ni un ápice poniendo por encima el bien común antes que su propia comodidad. Integridad, lo llaman, eso es, esa es la palabra con la que definiría su existencia, el compendio de sus virtudes resumido en un solo vocablo.

Sin embargo, me doy cuenta ahora, con el paso del tiempo, de que no supe verlo en su momento y quizás, solo quizás, mi vida habría sido diferente si hubiera permanecido a su lado. O puede que no, porque en ocasiones las circunstancias, como las tormentas, te arrastran hacia mares ignotos, inexplorados, en los que no eres dueño de tu destino y solo puedes agarrarte al primer trozo de madera que pasa por tu lado flotando para salvarte de un ahogamiento seguro."