El tiempo se detuvo en Villena a las cuatro en punto de la tarde del lunes 5 de septiembre. Después de 1.091 días esperando la llegada de esta jornada, tras dos años sin fiestas por la pandemia del covid, las comparsas de Moros y Cristianos arrancaron con una explosión de júbilo su Gran Entrada. La espera obligada dio paso a las marchas y los pasodobles, a la pasión de los festeros, a la ilusión de toda la ciudad y a una estampa multicolor con un concierto de marchas y pasodobles por las calles de Villena.
Llegó el gran día y las villeneras y villeneros lo han disfrutado como si no hubiera un mañana, como aquellas primeras fiestas de su infancia, "y lo pasao, pasao", como reza el "mantra" festero. Hubo lágrimas de felicidad por volver y también las hubo de tristeza por los que ya no están.
La calle Nueva era un hervidero de emociones y de expectación cuando la Banda Municipal de Música de Villena inició el pasacalles interpretando "La Entrada". Así ocurrió hacía justo cien años cuando el maestro Francisco Bravo salió a la calle en la tarde del 5 de septiembre de 1922 dirigiendo a la Banda Municipal mientras sus jóvenes músicos tocaban el célebre pasodoble del compositor local Quintín Esquembre.
Las tribunas estaban llenas de un público entregado, el itinerario engalanado y la cálida tarde se quedó azul para que Moros y Cristianos pudieran lucirse y disfrutar. Desde la calle Nueva hasta la avenida de la Constitución la fiesta se reencontraba.
Abrió el espectacular desfile el bando moro con su Embajador y su cortejo acompañados de la comparsa de Moros Viejos al compás de la Sociedad Musical la Lira de Quatretonda. Y tras ellos llenaron el colorido de risas, guiños, aplausos y vítores los Moros Nuevos con la Sociedad Musical Nuevos Rosales de Bolbaite; el Bando Marroquí con la Unión Musical Villanueva de Castellón; los Moros Realistas con el Grupo Musical Adlibitum de Albatera; los Moros Nazaríes con la Unión Musical de Bélgidense y los Moros Bereberes con la Banda Primitiva de Palomar.
Tras las huestes de la media luna irrumpieron los Piratas con la Sociedad Instructiva Unión Musical de Xeresa; los Estudiantes con la Sociedad Instructiva Unión Musical de Beniganim; los Marinos Corsarios con la Societat Musical L’Armonía de Montroy; los Andaluces con la Sociedad Protectora Musical de Antella; los Labradores con la Sociedad Musical San Francisco de Paula de Bolbaite; los Ballesteros con el Grupo Musical Santa Cecilia-la Canal de Bolbaite; los Almogávares con la Santa Bárbara de Bolbaite y por último los Cristianos con la Sociedad Unión Musical Virgen de Gracia de Chella.
Carrozas, cabalgaduras y carruajes de tracción animal se fueron incorporando a La Entrada desde las inmediaciones de las calles Rulda y El Hilo, mientras que las Regidoras y sus Cortes de Honor pusieron el colofón de una Entrada redonda e inolvidable tras la cual comenzaron las tradicionales verbenas.
Más de 10.000 festeros tomaron parte en el desfile y al menos dos de excepción. El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, con la escuadra de Jenízaros en la comparsa de Moros Nuevos junto a Pepe Hernández, presidente local del PP; y con los Estudiantes el alcalde de Elda y presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, Rubén Alfaro, como cabo de escuadra de la comparsa. Y en la tribuna de autoridades, acompañando al alcalde Fulgencio Cerdán, las conselleras Josefina Buena y Mireia Mollà y el alcalde de Pinoso, Lázaro Azorín.