La pintura impresionista de Pedro Valdés Náger (1906-1996) marca una etapa y un estilo en el arte pictórico de Sax y en el 25 aniversario de su fallecimiento el Ayuntamiento ha querido recordar su obra.
Para ello se ha publicado un libro sobre las pinturas realizadas en su pueblo natal, se ha confeccionado una página web y se ha inaugurado, en el salón de actos de la Mayordomía de San Blas, una exposición con una selección de cuadros, bocetos y apuntes realizados por el artista desde que tenía 16 años hasta que cumplió los 90, edad en la que seguía pintando aunque su visión ya era muy precaria.
Para ello ha sido necesario recopilar obras de colecciones particulares, si bien el mayor legado lo conserva su hija, la también pintora Julia Valdés, en una colección familiar que constituye un extraordinario compendio de los paisajes del Sax del siglo XX.
Precisamente Pedro Valdés centró sus obras en los campos y las montañas de la provincia, aunque también se adentró con más tibieza en otro tipo de composiciones. También fue autor de una hoguera dedicada a la isla de Tabarca, que le encargó la comisión de la avenida Méndez Núñez de Alicante en el año 1935, y seis años más tarde logró la medalla de oro en la Exposición Nacional de Bellas Artes de la Diputación Provincial de Alicante.
El impresionista de Sax se trasladó a estudiar a Alicante, y en el año 1923 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos en València. También fue becario de la Reggia Academia Belle Arti de Roma y, al finalizar sus estudios, logró la cátedra de la Escuela Sindical de Bellas Artes de Alicante, donde impartió clases durante décadas a cientos de alicantinos y alicantinas trasmitiéndoles su minuciosidad y perfección en la forma de entender el arte.
En 1975 regresó a Sax tras jubilarse y fijó su residencia en la finca familiar próxima a la carretera Sax-Salinas, El Chaparral, desde donde se dedicó a las tareas agrícolas -que le encantaban- y a pintar los paisajes del Valle del Vinalopó con su peculiar estilo lleno de luz levantina. Pero también realizó retratos y captó, como nadie, escenas costumbristas de los trabajos, las cosechas, la caza, los jardines y rincones de las casas solariegas, la vida cotidiana y la naturaleza de su pueblo natal.
En su pintura hay una especial propensión por las flores. Las rosas predominan en sus cuadros, tanto en ramos de variado cromatismo, como en tallos colocados en jarrones, dentro de botes con agua o en vasos de cristal. Los críticos de arte destacan que la transparencia y delicadeza de sus tonos y el colorido de sus pétalos, tanto con el óleo como en las acuarelas, convirtieron al artista de Sax en el mejor pintor de flores de Alicante de estilo realista.
